Maisie West y Charlie Bushnell son los mejores estudiantes de su escuela, conocidos tanto por sus logros académicos como por su feroz rivalidad. Ambos compiten en todo, desde las calificaciones hasta las actividades extracurriculares, siempre tratan...
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El viernes invité a Niah a pasar la noche en mi casa. Habíamos estado algo distanciadas, a excepción de los recreos que compartíamos. Aun así, la tensión entre nosotras era innegable, especialmente después de que Rosie organizara una fiesta de la que yo me enteré por el Instagram de Niah. No había sido invitada, y aunque no me importaba en teoría —Rosie no era mi mejor amiga—, dolió más de lo que esperaba.
Incluso en los pasillos, aunque caminábamos juntas, nuestra dinámica se sentía distinta. No quería que nuestra amistad se deteriorara de esa manera, así que decidí que hablaríamos esta noche con calma.
Estábamos en mi habitación viendo una película. Las luces LED creaban sombras en las paredes, mientras las imágenes del televisor brillaban sobre nuestros rostros. Niah ya había terminado dos tazones de palomitas, que yo había preparado con la esperanza de hacerla sentir cómoda antes de abordar el tema que tanto me pesaba. Compré sus refrescos favoritos para suavizar el ambiente, pero algo no estaba bien. Niah no paraba de mirar su teléfono, escribiendo mensajes sin parar, casi sin prestar atención a la película. Sentía que me estaba excluyendo, pero decidí ignorarlo, pensando que quizá estaba respondiendo a su familia. En especial a sus hermanos, quienes suelen molestarla enviando mensajes todos el tiempo. Son unos chicos que apenas saben utilizar un celular, es normal que Niah sea su único contacto.
—¿Pasa algo? —pregunté, intentando que mi voz sonara casual mientras tomaba un sorbo de mi bebida.
Niah sonrió hacia su teléfono, el último modelo que todos en la escuela deseaban.
—No, es Rosie. Estamos planeando una salida.
El corazón me dio un vuelco. Intenté que no se notara el nudo en mi garganta.
—¿Ah, sí? ¿A dónde? —pregunté con una calma que no sentía.
—Vamos a ir a Six Flags el próximo viernes. —Me enseñó el comprobante de pago en su teléfono.
El "vamos" me perforó el pecho como un puñal. ¿Cuándo me había quedado fuera de sus planes? Esta claro en sus palabras que no me incluyeron, está claro que Niah se me escapa de las manos como el agua. Tragué el nudo en mi garganta y forzé una sonrisa.
—¿No es el viernes el aniversario de la escuela? —intenté cambiar de tema—. ¿No irán?
La expresión de Niah cambia totalmente, me mira con el ceño fruncido, rodando los ojos de manera condescendiente.
—¿Quién sigue participando en esas cosas? Obvio no vamos a ir, preferimos pasar todo el día en el parque.
Me contuve. Estuve tentada a recordarle que el aniversario de la escuela era su día favorito del año, pero me mordí la lengua. Todavía podía ver su emoción recorriendo los pasillos decorados, visitando los puestos de comida de diferentes países, disfrutando de las tradiciones que tanto le gustaban.
—Oh —fue todo lo que dije, volviendo a tomar otro sorbo de mi bebida, mientras ella volvía a su teléfono.
La película seguía avanzando, pero yo era la única realmente prestando atención. "Orgullo y prejuicio", una de mis favoritas. La confesión del Sr. Darcy a Elizabeth Bennett resonaba en el fondo, pero mi mente estaba demasiado ocupada. Me rasqué la ceja con ansiedad.
