── 🎲 ❪ outcast! ❫ ִֶָ˚⊹
❛ a sirius black fanfiction ❜
↳ ❛ ¡ 𝐓𝐡𝐞𝐫𝐞 𝐢𝐬 no evil in sorcery.
only in the hearts 𝐨𝐟 𝐦𝐞𝐧 ! ❜ 𓂅‧₊˚
✩.*• ──► 𖤐 ⋮ Casi todos en la comunidad de magos saben quién es la Familia Weasley; u...
Sera gimió de dolor cuando sintió que alguien le daba un codazo en las costillas a la vez que la aplastaba. Ni siquiera necesitó abrir los ojos para saber que era James, que había decidido despertarla de una manera no tan gentil.
—Feliz Navidad, Jamie —Sera le dio unas palmaditas en la espalda, su voz un poco tensa por haberla dejado sin aire—. Ahora, ¿podrías soltarme antes de que muera asfixiada?
—¿Dónde está tu espíritu navideño, Sephy? —le preguntó James y ella finalmente abrió los ojos para encontrarlo sonriéndole, con el cabello aún más desordenado de lo habitual.
—Creo que se rompió junto con mis costillas —Sera intentó empujarlo para quitárselo de encima. Ella se dio cuenta de que Sirius estaba de pie en la puerta, sonriendo ante la escena de ella aplastada debajo de James—. Borra esa sonrisa de tu cara.
—¡Vamos, Sephy! —Sirius sonrió—. No seas aguafiestas en Navidad.
James finalmente se apartó de ella. —¡Es hora de los regalos! —gritó antes de salir corriendo de su habitación, pasando junto Sirius, casi tirándolo al suelo antes de que el chico de ojos grises corriera tras él.
Sera se rió de su emoción y se levantó de la cama. Luego bajó tranquilamente las escaleras y entró en la sala de estar, donde había un hermoso árbol de Navidad decorado. Debajo de él había más regalos de los que jamás había visto bajo un solo árbol.
Todos estaban cuidadosamente envueltos en brillantes envoltorios navideños, en su mayoría rojos y verdes, con cintas doradas alrededor. Parecía casi una de esas tarjetas navideñas que se enviaban los muggles entre sí y que su hermano había traído a casa del trabajo.
Lo único que estropeaba la imagen perfecta eran los dos idiotas que estaban sentados junto al árbol, buscando los regalos con sus nombres. Sera se rió de su infantilismo y se acercó a sentarse en el sofá, cerca del árbol.
—¿Cuántos años tienen ustedes dos? —resopló Sera al verlos rasgar el papel como lobos devorando a sus presas—. Mis sobrinos tardan más en abrir sus regalos.
—No seas tan pesimista, Sephy —dijo James, inspeccionando el kit de mantenimiento de la escoba que acababa de abrir. Luego tomó un regalo que no estaba tan bien envuelto como los demás y se lo arrojó—. Únete a nosotros y experimenta de qué se trata realmente la Navidad: los regalos —luego, después de pensarlo, añadió—: Y ya sabes, también estar con todas las personas que amas.
Sera puso los ojos en blanco y resopló con fuerza cuando James se arrastró bajo el árbol en busca de más regalos. Su atención se centró entonces en el suave presente que tenía en las manos.
