Shadamy: Cazadores de Demonios

Capítulo 7: Decepción

Desperté con los sutiles rayos del sol, era hora de comenzar un nuevo día. Habían pasado ya 2 meses, nadie del grupo parecía saber nada, y eso me alegraba, pues cada vez se llevan mejor con Shadow y a mí cada vez me cuesta más ocultar todo esto que llevo en el pecho.

Constantemente me reprocho, sigo pensando que no debería sentir esto, pero no puedo evitarlo, mi corazón está diciéndole otra cosa a la lógica.

Y tampoco creo que sienta lo mismo que yo... Dejo mis pensamientos de lado, últimamente hay más actividad, el bosque está perturbado, he estado vigilando día y noche, pero no hay rastros de nada, simplemente se escuchan voces que no provienen de aquí, gritos que harían correr a cualquiera.

-¿Ya estás despierta? Sigo sin acostumbrarme a que despiertes tan temprano...

-Ja, ja, y eso que ya llevas poco más de 2 meses aquí, ¿tienes hambre?

-Sí, bastante.

Le sonreí y empecé a preparar, él me ayuda en ocasiones, por lo menos a lavar, ya intentó cocinar y no salió nada bien, casi explota mi estufa, sigo sin saber qué intentó hacer. También, estos últimos días, he notado que empezó a comer más de lo normal, pero no sube de peso ni nada parecido, supongo que los demonios no pasan por eso, le he preguntado hasta el cansancio, pero dice que todo está bien.

He estado pensando demasiado, tal vez sean las cadenas que todavía lo atan a mí, realmente ya no creo que sean necesarias, lo único que quería evitar era que me atacara, pero ya ví que no me mataría, ni siquiera aunque esté indefensa.

Después de desayunar, me metí en mi habitación, repasé todos y cada uno de mis libros, hasta que encontré el que necesito, y sí, lo sabía, las cadenas no sólo impiden que me ataque, si no que le van quitando sus fuerzas lentamente, hasta matarlo, por eso está comiendo más que antes.

No quiero eso para él, así que recité la oración que lo libera, se dió cuenta enseguida, pues lo escuché tocando a mi puerta, hablamos a través de ella.

-¿Rose? ¿Por qué..?

-¿Sabes? Pudiste haberme dicho que te estaba haciendo daño.

-Pero, Rose, te dije que todo estaba bien.

-Claro que no, eres un mentiroso, las cadenas te estaban matando.

-No es así...

Abrí la puerta, se veía preocupado, pero yo me sentía algo decepcionada, pensé que ahora podíamos confiar el uno en el otro.

-Eres libre ahora, puedes elegir cualquier cosa, yo iré a entrenar.

-Rose...

No le dije nada más, me salí al bosque, necesito despejarme. Caminé hasta llegar al lago y empecé a meditar, muchos dicen que es una pérdida de tiempo, pero a nosotros nos ayuda a presentir mejor las cosas.

-¿También vienes a meditar?

-Sabes que nunca he dejado de hacerlo.

-Lo sé, te conozco hace tanto, Sonic.

-¿Estás bien? No te has presentado a las reuniones últimamente.

-Lo siento, las energías aquí han aumentado gradualmente, he estado día y noche vigilando, pero no escucho más que voces y gritos, tengo miedo de dejar este lugar solo y que aparezcan.

-Te entiendo, pero, pusiste protecciones, ¿no?

-Claro, pero no sé si eso vaya a ayudar en algo, no sé qué tan fuerte sea el enemigo.