Capítulo 3: Revelaciones

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-Gracias, pero te advierto que no puedo contestar a todo, hay cosas que desconozco al ser un plebeyo, por decirlo así.

-De acuerdo, entonces empezaré con algo simple, ¿sus debilidades son la cola, los cuernos y el corazón, cierto?

-No de todos, pero sí, las armas comunes no nos hacen daño, sólo las armas plateadas y bendecidas podrían hacerlo. Hay demonios que podrán resistir mientras mantengan su corazón, así les quites la cola o cuernos. También hay demonios alados.

-¿Y qué me dices de las oraciones y el agua bendita?

-El agua puede matar a demonios que tengan poco poder, igual las oraciones, pero a demonios con mucho poder no les harán ni cosquillas.

-¿A ti te hace algo el agua? Hace rato dijiste...

-Me debilita, pero no me mata, quería saber qué intenciones tenías. Las oraciones me molestan porque me causan incomodidad, pero no me matan. Además, las cadenas que me atan a ti no podrían retener a nadie con más poder que yo, tampoco debieron funcionar conmigo pero me debilitaste con el agua, lo que causó que pudieras atarme.

-¿Ustedes suelen poseer cuerpos?

-No, a menos que ustedes nos invoquen, si algo sale mal tomamos el cuerpo para abrir un portal, pero eso último lo haría alguien como Belcebú o Astharot.

-¿Por qué de ellos si puedes pronunciar sus nombres?

-Porque no estoy a su servicio, y aunque lo estuviera no representa ningún problema, pues estoy al servicio de otro ser y sólo él respondería a su nombre.

-Entiendo, ¿y su líder?

-Si te refieres a Lucifer, nadie más que Belcebú y Astharot lo conocen, no puedo responderte nada acerca de ellos.

-Bueno, no tengo muchas más preguntas por ahora, gracias. Tengo que descansar, si gustas puedes acomodarte en aquel sillón, nos vemos.

No necesito descansar, pero le tomaré la palabra, podría aprovechar y llamarlo, sólo bastaría decir su nombre y él aparecería, pero no, pese a que se ve que nos repudia me está cuidando, y tampoco quiero que me mate.

Desperté con los pocos rayos del sol, ella ya estaba despierta al parecer, pues olía a algo.

-Ah, ya despertaste, pes... Digo, Shadow.

-Sí, am...

-Oh, es cierto, no te he dicho mi nombre, ja, ja, soy Amy Rose, puedes llamarme como gustes.

-Está bien, Rose, ¿qué estás haciendo?

-Preparo el desayuno, después pienso salir a comprar más cosas para mantenerme.

-¿Puedo acompañarte?

-¿Eh?

-B-bueno, es que no conozco nada del exterior, es la primera vez que salgo...

-Ja, ja, ja, bueno, de acuerdo, ya veremos que me invento en caso de que nos vea alguien conocido, nadie te conoce aquí.

Sirvió un plato lleno de algo color marrón o beige, se veían esponjosos, le agregó un semi líquido color ámbar y enseguida le puso fresas, me lo acercó y tras probarlo mi paladar se sentía reconfortante, es una extraña sensación pero me gusta, sabía bien pese a no saber qué es o de dónde lo prepara.

-¿Qué es esto? Sabe bien...

-Se llaman hot cakes, tienen miel y fresas.

Seguí comiendo tranquilamente, sentía su mirada todo el tiempo, pero no me importa, es la segunda vez que degusto un plato humano y es la primera vez que desobedezco y salgo al exterior...

Shadamy: Cazadores de DemoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora