Capítulo 2: Verdad

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No puedo creer que se fuera y me dejara aquí, luego dicen que nosotros somos los inhumanos. Traté de liberarme, pero el agua bendita seguía haciendo efecto sobre mí, las cadenas no cedían su agarre y mi fuerza no funcionaba de nada, además haría ruido y por ahora no quiero que él... Ya es tarde, viene hacia mí con cara de pocos amigos.

-¿Qué estás haciendo ahí? Estás demasiado cerca de ellos... Te atraparon.. ¡ERES UN IMBÉCIL!

Antes de decir nada, me jaló fuertemente obligando a las cadenas a soltarme, causando que mis muñecas se fracturaran, grité de dolor y aún así no cedió en sus ataques, sólo sentía como me desmembraba aunque me regenerara, mi sangre corría por todos lados.

-Basta... Por favor...

-JA, JA, JA, no me hagas reír, ¿acaso te duele? Esto te pasa por desobedecer.

Seguía cortando partes mías y golpeándome sin piedad, alcancé a notar que se estaba acercando a mi corazón cuando desaparecí, aún sangrando pues mi regeneración se hizo lenta por el agua.

(...)

-Aunque no me alegra tenerte aquí, peste, eres.. ¿Quién te hizo esto? -Estaba sangrando por todos lados, su regeneración no parecía estar funcionando, esto sería el mejor regalo para un cazador, pero no para mí, pese a que repudio a los demonios, verlo así... Me saqué mis ideas locas de la cabeza y corrí por una tiza, necesito hacer símbolos para curarlo y saber su nombre, si no me voy a curar a mí, espero que no pierda la consciencia, empecé a dibujar las runas necesarias -. Oye, necesito saber tu nombre... Despierta, por favor...

-Sha... Dow...

-"In nomine omnium deorum, quod omne vulnus sanetur, quod umbra plenam sanitatem facit, amen".

Lo tuve que repetir varias veces hasta que dejó de sangrar y sus heridas prácticamente desaparecieron, me alegro tanto de estar en mi propia casa y no con mis padres, les habría dado un infarto. Se quedó inconsciente, como pude lo llevé a mi habitación y lo recosté en mi cama, supongo que ahora que no tengo adrenalina me pesa.

Salí por un vaso con agua y cuando regresé con él no me sorprendió verlo ya despierto, parecía estar desorientado.

-¿Estás bien?

-¿Dónde..?

-Estás en mi casa, te invoqué aquí...

-Ah, ya lo recuerdo, ¿qué es? ¿Vas a matarme?

-Es agua solamente, no pensaba matarte, ¿sabes? - lo tomó aún con desconfianza, y bueno, no puedo culparlo -. ¿Qué fue lo que te sucedió?

-No debería contarte, pero ya que me salvaste, te lo diré... Cuando me aparecí ante ti, había escapado de quién ordenó la manifestación hace tantos años, por seguridad no puedo decir su nombre o me encontrará y no sólo me va a matar a mi, a ti también.

-Yo podría...

-No, ¿ustedes nos clasifican por rangos, no?

-Sí...

-Bueno, él es más alto que yo, tal vez para ti yo sea un rango A, entonces él es un rango S, aunque es una estupidez clasificarnos así.

-¿Eh? ¿Por qué?

-No todos tienen la misma fuerza, astucia o inteligencia, un "rango C" podría ser en realidad un "rango B", ¿me entiendes? Sus clasificaciones no toman en cuenta nada, sólo denotan que no saben nada de nosotros.

-Bueno, es obvio que no podemos saber todo de ustedes, han matado a miles de nosotros. Lo poco que sabemos se lo debemos a los que se atrevieron a estudiarlos.

-Bueno, da igual, no puedes enfrentarte a él con tu pobre conocimiento, nadie puede...

Llegué a pensar que los demonios no podían sentir, hasta este momento, él estaba afligido y tenía unas pocas lágrimas. No le había prestado mucha atención, pero es apuesto, un erizo como yo, no tiene cuernos ni cola, mucho menos pezuñas. Tiene razón, hay tanto que desconocemos de ellos...

-¿Y por qué te hizo eso?

-Por desobedecer y por dejarme atrapar por ti.

-¿Qué sabes de la noche escarlata?

-Tsk, ya qué... No recuerdo mucho pues yo era un niño, lo único que sé es que esa noche murieron muchos de ustedes y algunos de nosotros, incluidos mis padres, sólo quedamos mi hermano y yo, aunque estamos bajo órdenes de alguien más poderoso. Escuché que sucedió porque alguien abrió un pasaje, desconozco las causas.

-¿Un pasaje? Pero eso solo puede...

-Sí, ustedes son los únicos que podrían abrir un pasaje de tal magnitud, por supuesto podemos salir libremente y deambular, pero no seríamos más que espíritus, si me tienes aquí ahora es porque dejaron uno pequeño abierto, supongo que eso ayudó a que seas una cazadora.

-Claro, de alguna forma teníamos que estudiarlos... Eso va a volver a suceder, ¿verdad?

-No son decisiones que me correspondan, si él quiere atacar, lo hará, yo sólo sigo órdenes.

-¿Cuáles eran?

-Creo que ya sabes eso, si no te molesta, necesito alimentarme.

-Ah, no, ni creas que vas a salir a matar gente.

-No como gente, para empezar, y tampoco pienso llamar la atención, pensaba buscar frutas o algo así.

-¿Frutas?

-¿De verdad no sabes nada, no?

-¡Ya sé! Espérame y te preparo algo, a cambio seguirás respondiendo mis preguntas, ¿sí?

-Bien, cualquier cosa está bien, no importa si contiene carne.

Me apresuré y bajé a la cocina, escuché sus pasos detrás mío, terminé de preparar lo que ya había empezado, un estofado de carne, lo repartí en 2 platos, sirviéndole un poco más a él, ya estaba sentado.

Apenas probó un bocado y ya tenía sus ojos muy abiertos, me dió ternura, parecía un niño.. ¿Será posible que los hayan echo quedar como los malos? Bueno, da igual, no cambia mi objetivo.

Shadamy: Cazadores de DemoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora