XXIV

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—Tenemos suerte que tenemos luna llena—susurró Soojin al sentar en el centro de la cubierta con todo lo necesario para el ritual más importante de su vida.

Las chicas se encontraban sentadas en un círculo, en un metro de distancia entre cada una. Shuhua y Miyeon alzaron la vista para mirar la luna, la verdad es que la situación daba miedo. Las costumbres de Soojin en general le daban miedo. Miyeon y Minnie ni siquiera tenían la valentía de conocer su habitación con el miedo de encontrarse con algún animal muerto, porque aunque Soojin ya les había recalcado que ser nómada no tiene nada que ver con ser bruja, para ellas era lo mismo.

Dejó en el centro un cuenco con agua del mar, la botella de whiskey favorito de Soyeon que tenía guardado para celebrar la victoria, unos pedazos de pan para cada una, unos pedazos de madera del barco con un extraño símbolo tallado por ella, sus ya reconocidas hierbas (romero y ruda), tinta que utilizaba Soyeon para los mapas y una vela blanca que prendió para alumbrar el lugar de una forma que convirtió la situación más terrorífica.

—Solo deben de repetir lo que yo haga—habló con seriedad y todas asintieron con la cabeza.

Agarró uno de los pedazos de maderas y lo hundió en el agua del cuenco, preocupándose de que la madera absorbiera bien el agua.

—Con esta agua, me purificaré, tendré las fuerzas de las olas y la marea a mi favor—dijo y las chicas agarraron el pedazo de madera para hacer lo mismo.

Acercó lo que se convertiría en sus amuletos a la llama de la vela para que se quemara un poco el lado contrario donde había tallado el símbolo.

—Con esta llama, me purificaré, tendré la el coraje del fuego, la valentía de luchar—dijo y las chicas hicieron lo mismo, Minnie se quemó un poco la punta de sus dedos, pero no dijo nada.

Dejó el amuleto al frente suyo y agarró la botella de alcohol para alzarla.

—Con este líquido, me purificaré, llenándome de protección y convirtiéndose el escudo de todo mal—destapó la botella y bebió dos tragos para luego pasárselo a Soyeon que estaba a su lado. Ella tomó cuatro tragos luego de decir la oración y se lo pasó a Shuhua, que se quejó por el sabor.

—Con este pan, me purificaré y no me faltarán energía para vivir—se comió todo el trozo al igual que el resto. Shuhua tardó un poco al agarrar el pan que estaba duro al no alcanzar a elegirlo. Cuando nadie la estaba mirando, ocultó la mitad en su bolsillo, estaba demasiado duro.

Soojin alzó sus dos brazos y se arrodilló frente la vela. Yuqi y Minnie se miraron, juzgando el comportamiento de su amiga y haciendo lo posible para no reírse, copiaron su posición. Cerrando los ojos. Miyeon abrió uno para mirar a Minnie que era tan buena en ocultar sus risas por sus años en la realeza, que parecía que no tuviera ninguna intención de hacerlo. Se veía bonita con la luz de la vela, pensó Miyeon.

—Espíritus del mar y del viento—dijo Soojin y Miyeon cerró los ojos—. Que mi corazón sea fuerte, mi mano firme y mis decisiones certeras

—Espíritus del mar y del viento—dijeron las cinco al mismo tiempo—. Que mi corazón sea fuerte, mi mano firme y mis decisiones certeras

—fuerte, digo, certeras—se equivocó Yuqi y antes que Minnie se burlara, Soojin comenzó a cantarlo.

Soyeon cerró los ojos con fuerza, pero Yuqi, que abrió la mitad de uno, podía ver con claridad como se reía. Era ridículo, pero las cuatro pensaban que de todas maneras era mejor que los rituales piratas con sus pactos de sangre. Era mejor reírse que gritar de dolor.

Luego de cantarlo seis veces, Soojin bajó las manos para agarrar el ramo de romero y ruda, quemarlo con la llama de la vela y hacer un círculo sobre ella.

—Pueden abrir los ojos—les informó y se levantó para llenar al resto de humo, bailando de forma extraña en el proceso. Minnie tosió un poco al inhalarlo—. En la pelea, es fundamental que estén con el amuleto.

—Dame un poco más de humo—susurró Shuhua, feliz de que Soojin le bailase aunque se estuviese ahogando. La mayor no se negó y le sonrió de forma coqueta.

—¿Puedes también ponerle humito a la bandera?—interrumpió Soyeon, sacando de su espalda una bandera de tela morada y en el centro una clavera sonriendo. La misma que utilizaba su padre y guardó todos estos años. Era la primera vez que las chicas lo miraban y tenía un costado quemado—. Así le da suerte a nuestra unión.

—Claro—se agachó e hizo que se llenara de humo—¿Qué dice ahí?—preguntó al notar unas letras en un costado.

—Ah, no lo leas, lo escribí mientras lo agonizaba en el bote.

—¿Qué dice?—Yuqi les quitó la bandera y se levantó para que no se le quitara—¿Neverland? ¿Qué significa eso?

—Era la idea del nombre para el bote—murmulló sonrojada—. En ese momento era una buena idea, pero ahora que crecí noto que no tanto.

—A mí me gusta—dijo Miyeon—. Mi barco se llamaba Ramyun.

—Es mejor Neverland—comentó Minnie—¿Lo pinto?

—No—Yuqi hizo una mueca ante la negación de Soyeon, también le había gustado el nombre—. Llamaremos Neverland a nuestro siguiente barco—acarició la madera bajo ella—. Este no es un barco pirata y aunque ya le agarré cariño, lo vamos a hundir en batalla.

—Haremos que el otro barco se convierta en una leyenda—murmulló Yuqi con orgullo, imaginándose y yéndose de la realidad como lo solía hacer Miyeon para imaginarse a un grupo de personas hablando entre sí sobre la leyenda del temible barco llamado Neverland, donde nadie más que las seis piratas salían vivos de ahí.

—¿Hundirlo?—preguntó Minnie—¿Por qué?

—Este es el plan de batalla—las cinco chicas se acercaron para escucharla con atención.



Hace mucho que no escribía un cap así de cortito.

 Pero necesitaba poner un poco de humor antes de la tragedia 

[Ya escribí el final y el único spoiler que daré es que lloré] 

Capitana Jeon [Gidle]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora