XXII

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Aunque Soojin ya había demostrado un par de veces la validez de la lectura de manos con su propia relación con Shuhua, Soyeon no podía creer lo que había dicho sus padres. No podía creer que un dibujo de la mano podría tener su vida, hasta sus gustos ¿¡Gustarle Yuqi!? ¿La inmortal e inteligente Song Yuqi? Puede que sí, pero como buena pirata, tenía que usas sus propios métodos para descubrirlo. Porque a diferencia de Shuhua, ella no podía llegar y aceptar que le gusta alguien y disfrutarlo cada segundo. Los piratas tenían sus costumbres y una de ellas era ser terco, idiota y apasionado en esos temas.

Como su padre con su madre. Adoraba esa historia. Su madre era tan solo una mujer que paseaba en la playa en busca de hermosas piedras y conchas cuando su padre salió del agua, lleno de algas y redes abandonadas, tan mareado del suelo que pensó que estaba viendo un ángel. Su madre le decía que fue amor a primera vista, pero su padre le decía que esas cosas no existían, que hay un proceso de confianza y lealtad. Pero si no tenían tiempo para eso, lo mejor era recurrir a las sirenas.

Soyeon subió a cubierta y camino con pasos firmes hacia el timón. Su misión de matar al hombre que mató a su familia podía esperar, tenía que resolver sus dudas con Yuqi porque no la dejaba pensar bien. Alzó la mano para llamar la atención de Shuhua que murmuraba con Yuqi mientras vigilaba que el timón no se girara a contra de su voluntad.

—Cambiaremos de curso—les informó.

—¿Se te acabó la cerveza?—preguntó Shuhua preocupada.

—No, iremos a ver sirenas—habló con seguridad.

—¿Y por qué?—preguntó Yuqi con un tuno burlón, aguantando burlarse de verdad por el supuesto respeto que le tenía a su capitana.

—Porque—miró a sus lados, no había pensado en una mentira—. Porque iremos a un lugar peligroso y no quiero que mueran sin antes conocer a las sirenas.

Shuhua y Yuqi abrieron la boca y se taparon con la mano. Se miraron entre sí y Shuhua sintió una corriente de aire frío en todo su cuerpo.

—Ve a quemas hiervas inmediatamente—murmulló Yuqi—. Recuerda que Soojin dijo que hablar de eso da mala suerte.

—Cierto—susurró, le pasó un dibujo a Shuhua y se dio vuelta para ir corriendo a pedirle ayuda a Soojin.

Las menores se volvieron a mirar cuando Soyeon desapareció de su vista, luego de un corto silencio ambas golpearon la madera del timón, como solía hacerlo Soojin cada vez que se le escapaba un insulto y siguieron hablando del tema que tenían antes que la capitana las interrumpiera.

—Yo opino que solo deberías de hacerlo—dijo Yuqi mientras Shuhua analizaba el dibujo del nuevo trayecto. Al ser la encargada del timón, Soyeon le había enseñado a leer mapas marítimos—. Tienes que quitar la poca dignidad que tienes para disfrutar tu tiempo con Soojin.

—Pero desde que vio a sus padres que me evita—dijo con un puchero—¿Y si de verdad no recibí su aprobación? ¡Ah!—giró el timón, demostrando su seguridad de saber donde estaba aunque no había nada por donde guiarse, y apoyó su frente en él—. Perdí el amor que la vida me había asegurado.

—¡Qué va! Shuhua, eres una idiota, Soojin te ama más de lo que crees ¡Si la hubieras visto enfrentarse a sus padres!—Shuhua se sobó la cabeza, donde se había golpeado cuando la votó—Todos sabemos que es pirata para estar a tu lado y en ese momento apuntó a su padre con la espada para mantenerse a tu lado—apoyó su codo en el hombro de Shuhua para susurrarle—. Esa mujer está locamente enamorada de ti, pequeña.

—¿Y por qué me evitará?

—¿Quién sabe? Tal vez estará planeando con Miyeon como pedirte matrimonio—se alejó y miró la reacción de sorpresa de Shuhua—. Tal vez me pidió ayuda también a mí.

Capitana Jeon [Gidle]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora