Capitana Jeon [Gidle]

XXV

Cuando comenzó a llover todas sintieron que su estómago se apretaba por el miedo. Yuqi y Minnie fueron las primeras en salir para ayudar a Soyeon en luchar contra la marea monstruosa de la entrada al territorio pirata. Donde solo los verdaderos criminales del mar podía traspasar (o eso le dijeron a Miyeon cuando era de la marina). El resto de las chicas tardaron un poco más, pero al cabo de pocos minutos, ya se encontraba cada una haciendo algo para que el barco no se hundiera como el anterior.

Shuhua se encontraba en el timón, con los ojos fijos en la débil luz de la luna que apenas se veía entre las densas nubes nocturnas, utilizándola como su guía. Apretando con fuerza la madera para no desviar su camino e ignorado como el agua de la tormenta y de las olas rompiéndose, dañaban su cara. No era la misma Shuhua de hace un año; su postura firme, con los pies separados y las rodillas ligeramente flexionadas, era lo demostraba. Nada ni nadie la sacaría de ahí hasta que llegaran a su destino.

—¡Arremanguen las velas!—gritó la capitana, señalando a Yuqi y Miyeon, quienes se apresuraron a escalar el mástil para ajustar las velas descontroladas por el viento—¡Protege los cañones!—Minnie se limpió el agua de su cara y asintió con la cabeza.

—Sí, capitana —respondió antes de descender a la cubierta, donde la escena era caótica y urgente.

Las cajas de provisiones se balanceaban de un lado a otro, las frutas rodaban libres de sus barriles y los pesados cañones amenazaban con desplazarse peligrosamente. Minnie observó el desastre por un momento, luego se amarró el cabello con un trozo de tela, ajustó el cinturón de la funda de su espada y descendió las escaleras de un salto. Sus botas se llenaron de agua al tocar el suelo, pero ni siquiera le importó. Agarró una cuerda que flotaba por el agua y comenzó a asegurar las provisiones, pateando cajas y luchando por mantener el equilibrio mientras el barco se sacudía bajo de ella. Mantenía su mirada fija en los cañones que se movían levemente de su lugar, con un mal movimiento de Shuhua o del mar, eso podría matarla.

Al terminar de hacer un firme nudo sin siquiera esforzarse, puso su pie sobre una caja y aplicó fuerza para que se fuera a una de las esquinas. Ahora el agua le llegaba hasta las rodillas y hacía que le fuera más difícil moverse.

—Oh, mierda—susurró al ver unos sacos en el agua—¡Capitana!—gritó lo más fuerte que pudo—¡La pólvora se mojó!

Soyeon dejó de acompañar a Soojin a hacer unos nudos con las cuerdas que le tiraba Yuqi y Miyeon para mirar alrededor. Sin la pólvora no iban a poder atacar con los cañones, pero estos ya se encontraban cargados, listos para un primer ataque, ahora ese debía de ser estratégico, ya que no iban a poder recargar.

Aún no empezaba su pelea y ya se encontraban den desventaja. Miró hacia atrás, donde estaba Shuhua, pensó en ordenar una retirada, pero al abrir la boca para gritarlo, no pudo hacerlo por su propio orgullo pirata. Estaban en desventaja, pero Yuqi le había dejado en claro que eran invencibles. Se mordió el labio con fuerza, se alejó de Soojin, tambaleándose levemente por el movimiento, y escaló por la red para mirar la situación más allá del barco.

—¡Ahorren energía porque estaremos en desventaja!—les informó y se inclinó hacia la proa al ver una luz—¡Preparen sus armas que luego de esto iniciará la pelea!—Yuqi miró asustada a su capitana y después miró a hacia donde ella lo hacía ¿En ese barco se encontraría con el capitán Kang?—Si nos está esperando, es porque hay más—susurró para sí misma y comenzó a cambiar su plan—¡Al pelear todas protejan a Yuqi y a Shuhua!

—¡Rechazo la orden!—gritó Yuqi que apenas se podía sujetar por el movimiento y el viento. Las gotas chocando en su cara dolía y apenas podía mantener los ojos abiertos.

—¡No es una orden, es una estrategia!

La tormenta parecía que cada vez empeoraba. Los músculos de Shuhua dolían y Miyeon se lamentaba de que su cabello había perdido sus ondulaciones. Esperaba que no hubiera ningún pirata lindo, porque no estaba en condiciones para que la vieran. También esperaba que Minnie no la viera por mucho tiempo.