Bien Mayor

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Notas:


Hoy tendremos el primer encuentro de Sirius y Severus, no sean crueles con Sirius recuerden que tiene ocho años de su vida en el lavado de coco de Dumbledore y no conoce nada más y James está en un lugar mucho peor .

También le daremos un vistazo a la burocracia del ministerio y preparen las palomitas, Dumbledore está aquí para hacer drama.

ADVERTENCIA: **Si lees esto en el navegador, por favor de desactiva el traductor para disfrutar bien la lectura, por alguna razón traduce el texto "al español" y queda todo rancio**


La primera acción de Severus después de aceptar su destino, fue quemar la puerta del cuarto de sus padres y el cinturón colgado en la pared en una fogata en el jardín, quizás fuera su miedo irracional, pero quería exorcizar sus demonios.

Después decidió que quizás también valdría la pena exorcizar el estilo de pub de los años cincuenta que reinaba sobre la casa. No dudaba que Darcy podría volverse alcohólico si vivía otro día en esa casa llena de botellas y mercancías promocionales de cerveza.

Así que con ayuda de Richard y Marigold como guía del buen gusto redecoró su pocilga con los viejos muebles que los Evans tenían, los pocos rescatables de su casa y para compensar la falta de dinero; mucha magia, tanta que tuvo que sacar los electrodomésticos al jardín para que no se malograran.

Reparó y cambió el color de los muebles, sacó las cosas de sus padres en bolsas de basura y después de su segundo ataque de pánico, dejó que los Evans decidieran que iba tirarse y que iba ser donado a la iglesia local, igual si algún indigente se beneficiaba de un abrigo de Tobías Snape, bueno al menos algo útil haría el viejo.

Al final, después de sacar toda la basura, su fortuna ascendió a quinientas libras más, escondidas en ropa, jarrones, libros y otros lugares; lo que le dio un poco más de tranquilidad para en un futuro salir y buscar un trabajo.

Nada más de saber que iba a ser en el mundo muggle le daban náuseas, pero eso era lo que tenía.

Con mucho trabajo de por medio y agotado de lanzar hechizos, finalmente la casa terminó viéndose más decente de lo que se había visto nunca en su vida. Su vieja habitación ahora era un cuarto del bebé, con elefantes pintados con magia iguales a la manta que Darcy ahora había reclamado como su favorita de entre varias que en algún momento fueron propiedad de Petunia y Lily, no podía negar que el hecho de que una cosa de su infancia fuera escogida por encima de otras más bonitas, le hizo sentir un poco de orgullo quizás, pero se negó a analizar ese sentimiento, si iba a morir iba a hacerlo sin arrepentimientos.

Además de las frazadas y algo de ropa los Evans también le dieron para el cuarto, una cuna, una linda cajonera con cambiador y viejos juguetes rotos que cobraron nueva vida con algo de magia, era un cuarto bonito, era una lástima que el mocoso malagradecido prefiriera su exótico caldero de cobre y básicamente cualquier lugar menos su habitación para dormir.

La habitación de sus padres ahora le pertenecía para su desgracia, se deshizo del feo papel tapiz y también del moho que al parecer era tóxico con unos cuantos hechizos. En su lugar dejo las paredes lisas pintadas de gris claro en un minucioso acuerdo con la Señora Evans que de ninguna manera cedió en sus sugerencias de paredes y cortinas negras.

Por decisión unánime la cama matrimonial se fue a la basura, en su lugar Severus hizo una base con ladrillos apilados que Richard Evans tenía acumulados de una vieja remodelación y sobre ella puso un colchón viejo reparado con magia que había pertenecido a Petunia en su momento. Pero que regaló a sus padres cuando al parecer su muy gordo esposo fue apuñalado por un resorte que no pudo resistir todo su peso; con la sábanas y cobijas sacadas de su propia habitación agrandadas y modificadas a su gusto no se veía tan mal.

Flores en el asfaltoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora