La bella durmiente del Bosque Prohibido.

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Notas:

Hola de nuevo, disculpen el retraso, una horda de trabajo salvaje apareció en el camino, pero el nuevo episodio ya está aquí.

El origen de la poción que ha mandado al hospital de Cokeworth está aquí, también un poco de lo que pasa cuando haces te metes con un grupo de yentas enojadas y otro poco del pasado de Robert Pevka, mientras un nuevo miembro se una a nuestra chafa pandilla de Scooby- Doo que todavía trata resolver el misterio.

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Solo el aire irrumpía el silencio del bosque, mientras los pequeños animales exhalaban su último aliento sobre la hierba, Severus jamás pudo ver en persona los efectos de las pociones más desagradables que ofrendaba al señor tenebroso a cambio de una maldita oportunidad y nunca quiso imaginarlo.

Por eso estaba buscando cualquier pretexto para no tomar la marca, porque eso significaría que vería los resultados, felizmente se puso la venda en los ojos y dejó que un maldito genocida lo guiara y lo usara.

-No podemos avanzar más- dijo Severus rompiendo el silencio -Sí seguimos terminaremos como todos esos animales.

-Con un encanto casco de burbuja podríamos avanzar más, puedo escuchar el río correr- ofreció Sirius tratando de no mostrar que realmente estaba metido en aquella singular aventura.

-Necesitamos algo para llevar una muestra del agua del río y un lugar grande y espacioso para poder investigar más a fondo, de nada sirve ir hasta el río si no tenemos donde guardar una muestra e investigarla sin matar a los vecinos- dijo Snape, maldiciéndose internamente por no pensar antes en eso.

Rob sacó una licorera vieja y maltratada de su chaqueta y la vació en el césped del bosque -Esto servirá muchacho- dijo lanzándole la licorera a Severus - y también podríamos usar el deshuesadero, si usamos uno de los lotes más al fondo, no habría peligro.

-Podría funcionar si usamos un par de hechizos protectores- murmuró Severus guardándose la licorera en la chaqueta después de revisarla a fondo.

-Entonces Snape y yo seguimos mientras el señor Pevka y Víctor esperan aquí, no queda de otra- dijo Black pensativo, a pesar de su renuencia al principio, parecía estar cada vez más involucrado con el asunto, Severus supuso que era parte de la naturaleza Gryffindor del hombre.

-Oye, ¿quién se murió y te hizo líder?, no me quedare aquí esperando, no dejé a Misha y a Ross solo para estar de adorno- se quejó Rob.

-Tranquilo Rob, preferiría mil veces tu compañía que la del imbécil de Black, pero no puedo arriesgarme a dejar a tus hijos sin padre porque no pude mantener dos hechizos a la vez, además haces mucho por tus hijos solo dando el espacio para analizar lo que sea que haya en ese río- Severus calmó a Rob sintiéndose un vil hipócrita porque solo no quería ver su rostro cuando confirmara lo peor.

-Descuida jefe si les pasa algo tengo un par de parientes magos en San Mungo que nos arreglan gratis al buen Sev, y quizás nos hacen un descuento por el fifí- siguió Víctor guiñándole un ojo a Rob.

Rob se guardó las manos en los bolsillos y bajó la cabeza en señal de derrota -Esta bien, pero si se tardan más de media hora entrare a buscarlos con una maldita máscara antigás si es posible, no te olvides que no soy el único que dejara un niño huérfano si pasa algo.

Severus no tuvo tiempo de disfrutar de la maravillosa sensación de sentirse respaldado a la que no se acostumbraba todavía, cuando Black estirando la mano para recuperar su varita arruinó el momento, se la entregó renuente -Será mejor que no hagas una de las tuyas Black, son muchas vidas las que dependen de esto.

Flores en el asfaltoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora