Absolución

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Notas:

Hola a todos, ha sido un tiempo, el trabajo me persigue y no me quiere dejar y bueno uno tiene esa terrible mala maña de comer tres veces al día, eso sin contar que cuando releí el capítulo nuevo y lo odié, quería eliminarlo de la existencia, así que lo hice y volví a escribirlo. Es algo largo y sé que debería de dividirlo de nuevo pero esta vez lo dejaré así para su disfrute. Y pensar que en mi imaginación cuando escribí esta cosa creí que los últimos tres capítulos serían uno solo, lo que es la ingenuidad.

Y ahí vamos, el cierre de la aventura de la poción, quédense, disfruten y recuerden desactivar el traductor si leen esta cosa en el navegador.

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Sirius Black caminó por el callejón Diagón, sintiéndose una persona de mierda, era como si todo lo que supiera sobre el mundo se fuera destrozando poco a poco, y no sabía a que aferrarse en esta tormenta de nueva información.

Durante toda la escuela fue fácil acusar de terrible lo que hacía Snape, ¿Pero entonces Lily no sería tan terrible como Snape solo por el hecho de hacer lo mismo que él?

Los comentarios mordaces de Lily, sus explosiones con hechizos que básicamente patearían el trasero de los cuatro merodeadores no eran muy diferentes de Snape. Casi sentía su cerebro explotar al darse cuenta de que las cosas que a James le atraían de Lily eran las mismas cosas que detestaba de Snape.

Y esa no era la peor patada mental que recibía, si no que si Snape hubiera sido un Gryffindor incluso pudieron ser amigos solo por el talento creador que tenía, pero como era un Slytherin entonces todo ese talento era oscuro, horrible, retorcido y debía ser castigado por eso, dios, lo había castigado por eso, una y otra vez lo había tirado al fango cuando parecía que iba salir de él.

"Controlar" a Snape se volvió su misión principal, simplemente lo castigó por hacer las mismas cosas que él y sus amigos hacían, porque si era honesto consigo mismo Severus era incluso superior a ellos porque pensaba fuera de la caja, no necesitaba dinero para comprar instrumentos, el los fabricaba con lo que tenía a la mano, se graduó con las mejores calificaciones incluso con Sirius destruyendo sus escazas posesiones. Cuidaba a un hijo sin necesidad de pedirle nada al mundo que le dejó en claro que no pertenecía a él y se lo arreglaba bastante bien, sin llorar ninguna vez por lo que perdió.

Y luego estaba Sirius que no podía ni respirar sin saberse admirado o querido y aceptado, peleando por un lugar en la sociedad mágica, sin importar el costo, jodiendo a Snape otra vez porque para la sociedad mágica y sus amigos el único papel que tenía era el del verdugo de Severus Snape.

A su lado Víctor Hidalgo caminaba junto a él resaltando mucho a pesar de llevar vestimenta de mago, con su túnica con bordados de oro y un arete con forma de rueda hecho de jade tallado colgando en su oreja izquierda y varios anillos de oro con grabados tradicionales de su país que no comprendía.

-¿No crees que te ves muy llamativo, solo para pedir prestados ingredientes a tu familia? - preguntó Sirius usando una túnica de mago, bastante elegante pero sencilla, según Snape era un regalo de Lucius Malfoy que nunca usó, donada para la causa de impresionar a los primos de Víctor.

Agradeció internamente su suerte por no encontrarse con nadie conocido que lo viera vestido como un fifí sangre pura, ahora ya sabía lo que era gracias a Víctor, aunque para él ese apelativo le iría mejor a su hermano que al propio Sirius que había escapado de su casa y pagaba la renta de un piso en Londres con sus amigos, incluso si había huido de una mansión pequeña a una más grande y pagara la renta en su mayoría con el dinero de la herencia de su tío.

Flores en el asfaltoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora