iconic ; enzo fernandez

0071 | un mes después

omnisciente
☆ ☆ ☆

Primeros días del mes de Septiembre y un mes de que Martina y Enzo no hablaron, imposible el contacto cero porque son dos personas publicas y siempre van a ver contenido del otro. Ella no se interesó en saber de él porque sabe que no debe, además de que tampoco merece saberlo, y él si sabe que ella no merece nada de él pero aún así se ocupó en saber de su vida.

Martina, que al instante de volver a Barcelona luego de lo sucedido en Londres, se peleó con Madison pero a los dos días se reconciliaron y se fueron de viaje dos semanas en el que ella fingió demencia totalmente hasta que volvió y Madison la obligó a ir al psicólogo, claramente le hizo caso porque sabía muy bien que era lo que debía hacer.

Enzo, por su lado, cuando volvió a su casa y no encontró a Martina se le cayó el mundo porque alguna parte de él pensaba en que ella iba a elegir quedarse aún después de escuchar que él no la queria cerca cuando en realidad si y que preferia perdonarle todo a perderla. Y todavía fue peor cuando Olivia comenzó a preguntar por Martina cada dos minutos en el último tiempo, no hubo día en el que no pregunte y que la respuesta de Enzo sea esquivar el tema y entretenerla con otra cosa para no decirle lo que sabía que iba a lastimar a su hija... aunque también la lastimada el hecho de no saber la verdad.

Por otro lado andaba Leandro que estaba en las últimas de su relación con su mujer y lo único que hacía era hablar con Enzo quien ni siquiera tenía una relación por su propia decisión. Mientras ellas se ocupaban de si mismas, ellos pensaban solo en ellas.

Al otro lado del océano, Antonela en Miami pensando en su hija con la cual no tiene contacto desde esa última pelea que tuvieron por decisión de la menor que eligió no responder mensajes de su mamá, distinto a lo que es con su papá que habla normalmente y todos los días de la mejor forma.

-¿Hablaste con Martina? -Antonela miro a su marido el cua asintió-. ¿Como está?

-Bien.

Antonela lo mira fijamente mientras él se encoje de hombros.

-¿Cómo bien? Se la pasa de joda, saliendo tomando y drogándose... sé consciente de que lo que ella hace si es drogarse.

-Lo hace hace mucho... tarde para que la corte, tarde te acordaste de preocuparte cuando antes no le decías nada y si le decías eran dos boludeces.

-No, yo siempre te dije que no había que permitirlo porque le iba a hacer mal y vos le decías Ay Marti eso no... ¿Viste como está? No es ella, está súper distinta a la última vez que la vimos.

-Ya sé, pero empezó a ir a la psicóloga y a entender las pelotudeces que hizo, es un proceso y no es algo de un momento a otro como vos crees.

-Eso ya lo sé, pero quiero que mínimamente me hable o me responda los mensajes... un mes casi que no me dirije la palabra.

-Fijate como le hablaste también.

-Yo le hablé como lo merecía y como se le debe hablar a una persona de dieciocho años que no sabe lo que es un límite... y en eso sí reconozco que es mi culpa siempre haberle dado todo y no decirle que no a nada, pero por lo menos ahora yo sé que hice mal y me arrepiento, vos la seguís tratando como una nena y le seguís dando todo.

-Yo no la voy a retar por cosas que ella hizo en su relación con el otro, a mí no me importa porque es algo de ellos dos y yo no tengo porqué meterme, obviamente si hizo mal pero yo no voy a juzgarla y castigarla por eso... eso lo tienen que arreglar ellos, no tenes porque meterte vos o yo.

-Ya me queda claro que vos la vas a proteger hasta de sus peores mierdas.

-Obvio, y que yo no me entere que el otro trató mal o le habló mal a mi hija porque se le pudre todo.