Vamos a rompernos el corazón [Aomine]

105 7 0
                                    

Personaje: Aomine Daiki
Pronombres: Femeninos
Nombre del OC: Rin Tsukiyashi




















Personaje: Aomine Daiki Pronombres: Femeninos Nombre del OC: Rin Tsukiyashi

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


























Aomine nunca fue lo que se conocía como "amable"

En realidad tampoco era grosero, simplemente no le importaba demasiado lo que pasaba a su alrededor

Pero desde hace algunos meses eso había cambiado solo con una persona

Rin Tsukiyashi

Una chica delgada y cabello tan gris como sus ojos, era de tez pálida y mejillas regordetas, no pasaba del metro sesenta pero su espiritualidad y ganas de vivir cabían perfectamente en su pequeño cuerpo

Era una chica que había conocido gracias a un trabajo de ciencias que tuvieron que hacer en pareja

De inmediato, a Aomine le pareció curioso como es que ella era tan amable y guardaba tanta vivacidad para derrochar por donde fuera

Era popular, y eso él lo había notado pues desde la primera vez que anduvieron caminando por la escuela mientras hablaban, más de una persona la saludó a lo lejos o se acercaba a hablarle

Ella era especial, era linda y amable

Esa fue la razón por la que Aomine terminó cayendo en sus encantos y enamorándose de ella

Una tarde soleada, mientras hacían un picnic en un parque cercano al colegio, el deportista decidió confesarle sus sentimientos, pues estaba seguro de que ella sentía lo mismo

Su sorpresa fue que la reacción de Rin fue completamente diferente a lo que se hubiera imaginado, pues una sonrisa triste se dibujó entre sus labios y su semblante decayó un poco

—Dai... tengo que contarte algo que probablemente te haga cambiar de opinión sobre lo que sientes por mi—susurró mientras arrancaba un poco de pasto y se ponía a jugar con él

—¿No te parezco una buena opción?—indagó el basquetbolista, intentando buscar esa bonita mirada grisácea

—¿Que? No, por supuesto que no—negó con seguridad—No tiene nada que ver contigo, Dai. En realidad no depende de nadie

—No estoy entendiendo...

Rin suspiró tomándose un momento para que la valentía saliera a flote, pues ese tema era algo que prefería olvidar

—Te voy a contar una historia—susurró acomodándose en el pasto—El corazón es un órgano muy importante para nuestro cuerpo y está protegido por otros órganos y huesos que impiden que sea sencillo llegar a él—se mordió el labio pensando en continuar—A veces, cuando los bebés no logran desarrollarse bien, tienden a sufrir insuficiencia cardíaca. Tienes insomnio, te cansas muy rápido, te duele el pecho y se te dificulta respirar

<<Es un defecto genético que no tiene cura... todas las mañanas juegas una lotería para saber si vas a vivir ese día o simplemente te quedas dormida para siempre. Toda la gente a tu alrededor vive con el terror constante de que sea la última vez que te vean, todos tienen miedo de dejarte hacer cualquier cosa o te tratan con una compasión que lejos de hacerte sentir bien, solo te recuerda constantemente que vas a morir>>

—Dai... no soy tan egoísta como para ocultarte esto ahora que me has confesado tus sentimientos—sonrió con tristeza, encontrando la mirada de su acompañante—Y entiendo si prefieres que sigamos siendo amigos, tal vez sea mejor así. Después de todo es como si... tuviera el corazón roto

Bromeó aquello último para aligerar un poco el ambiente

Se quedaron unos segundos en silencio, ella entendía que era algo complicado de procesar, pero no podía negar que sentía un poco de miedo de que él se alejara de ella

—¿Yo te gusto?

Aquella pregunta interrumpió el silencio del lugar e hizo a Rin prestar atención nuevamente

—Por supuesto que si, pero...

—Entonces no veo cuál es el problema—le interrumpió Aomine—Rin, te quiero. Y eso incluye absolutamente todo de ti. Lo bueno y lo malo

—P-pero yo—él la hizo callar con un ademán

—Entiendo que no eres para siempre, pero nadie lo es. Nadie tiene la vida comprada, tu solamente eres más consiente de que tienes que disfrutar de todo al máximo—se acercó un poco más, acariciandole el cabello con ternura—Quiero hacerte feliz durante todo el tiempo que pueda

—No quiero lastimarte al final...—sollozó con los ojos cristalizados

—¿Tu? ¿Lastimarme?—rió con incredulidad—No es posible, y aunque fuera el caso, sería un honor que tú rompieras mi corazón

Rin comenzó a lagrimear, debatiéndose entre atreverse a pensar un poco a futuro o encerrarse nuevamente solo en el presente, pues tenía miedo de que él llorara por su culpa

Aomine se enterneció ante el llanto de su enamorada y terminó acurrucándola en su pecho y tranquilizándola con palabras suaves

Poco pasó para que ella alzara el rostro y timidamente le robara un beso fugaz que desencadenó una serie de roces más largos y románticos, ambos entregándose al amor que sentían por el otro

Rin le enseñó a ser un poco más comprensivo con su alrededor, le ayudó a recuperar sus emociones al crearle nuevas experiencias y enseñándole que no perdía nada demostrando como se sentía realmente

Ella amaba cada parte de él

Y agradeció el que no le hubiera dado tiempo de despedirse

Pues una noche, dos días antes del cumpleaños de ese peli-azul, Rin terminó de ducharse poniéndose la pijama y cepillando su cabello

Se metió entre sus sábanas y suspiró con alegría antes de entregarse a los brazos de Morfeo, quien a poco más de media noche decidió entregarla a Thanatos

Ella dio su último suspiro a las 2:13 de la madrugada, fue tranquilo y apacible. Todos sabían que pasaría en algún momento y entendieron que amar era dejar ir, tomando en cuenta que Rin jamás hubiera deseado verlos llorar por ella

Aomine ahora estaba frente a ella con un ramo de tulipanes que depositó en el frío mármol que cubría su lápida, contemplaba en silencio un lúgubre lugar en el que se encontraba aquel amor tan puro

—¿Ves esto?—murmuró mostrando una medalla de oro que colgaba de su cuello—Ganamos la final

El chasquido de las hojas en los árboles fue su única respuesta, pero él sabía que ella lo escuchaba de alguna forma

—Este triunfo es tuyo, Tsuki—continuó con una sonrisa—Tu estabas más emocionada que yo cada vez que avanzábamos de ronda, siempre apoyando y siendo la que gritaba más fuerte

Sonrió recordando sus vitoreos y los abrazos que recibía en cuanto terminaba cada partido

—Tu fuiste el amor de mi vida... y eso no me asusta—admitió en un suspiro liberador—Siempre voy a agradecer que me hayas permitido la experiencia que fue amarte

En ese momento, una corriente de viento acarició la cara de Aomine y revolvió su cabello suavemente

Entonces él supo que ella seguía ahí, tan alegre y juguetona como siempre





















—WestyRiddle

Kuroko no basket ~One Shots~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora