Todo por una barra

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Personaje: Todos
Pronombres: Femeninos


























(._. 5 ._.)































Emiko era una chica que conformaba la selección femenil de basquetbol profesional en Japón

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Emiko era una chica que conformaba la selección femenil de basquetbol profesional en Japón

Solía ser muy risueña y relajada cuando estaba con sus compañeras e incluso le gustaba hacer bromas a sus amigos, claro que eso cambiaba en el instante que entraban a la cancha, pues a pesar de ser bastante relajada, solía ser muy exigente y dura consigo mismo sobre la duela

Era una chica que jugaba con un nivel muy alto. Casi ningún equipo tenía el poder de defenderla y aquello causó que ganaran los juegos olímpicos dos veces consecutivas

En una de esas veces, ella tuvo la oportunidad de conocer al mismo equipo de su deporte, pero en su rama varonil

Una de aquellas veces en las que se perdía por quedarse viendo algunas cosas en las tiendas, chocó con el pecho de un chico alto

Murasakibara la observó desde su altura y enarcó una ceja con una actitud aburrida

—Lo lamento, no vi por donde iba—reverenció con una sonrisa apenada—

—¿Tienes algún dulce?—preguntó casualmente

—¿E-eh? Bueno... si, supongo—confundida, comenzó a buscar entre su mochila hasta que encontró una rueda de arroz inflado con malvavisco derretido—Toma, espero que te guste

—¿Uh? ¿Que es esto?—lo tomó con cautela y comenzó a inspeccionarlo con la mirada

—Mi madre los hace—sonrió—Es una barra de arroz inflado y malvavisco derretido. Te juro que sabe riquísimo

El chico alto entrecerró los ojos con perspicacia y desenvolvió aquel dulce para darle una mordida

En el momento en que su paladar entró en contacto con aquel bocadillo, sus ojos se abrieron e hizo un pequeño sonido gutural indicando lo bueno que estaba

—Te lo dije. No hay nada que mi madre no prepare bien—alardeó mientras se cruzaba de brazos, orgullosa

—Murasakibara-kun... todos te hemos estado buscando, es hora de irnos para...—la voz de un peliazul se apagó al ver a su compañero con una chica—Perdón... ¿interrumpo algo?

De inmediato, todo el resto del equipo llegó junto a sus compañeros para saber que era lo que retrasaba a su pivot

—No, disculpen—negó ella, un poco nerviosa por las miradas de tantos chicos sobre ella

—¿Quien es tu amiga, Murasakibaracchi?—rió pícaramente un rubio

—En realidad nos acabamos de conocer—contestó cuando vio al nombrado seguir comiendo plácidamente de esa barra que le había regalado

—¿Entonces quien eres?—preguntó Midorima mientras se acomodaba los lentes

—Mi nombre es Emiko Nogara, mucho gusto—nuevamente hizo una reverencia—Y me tropecé con él buscando a mi equipo

—¿Equipo?—repitió un moreno de mirada dura

—Nogara... tu eres el base del equipo para los olímpicos femeniles de basquetbol—resolvió un pelirrojo de ojos bicolores

—Así es—asintió felizmente

—Aka-chin... ¿podemos llevárnosla?—murmuró el peli-morado arrugando la envoltura del dulce que había devorado

—¿P-perdón?—ladeó la cabeza la chica

—¿De que hablas, Mura?—el chico de nombre Akashi, preguntó confundido

—¡Ella tiene el dulce más rico que he probado!—acusó señalándola—Si no lo vuelvo a comer me voy a desmayar y no podré jugar

Aquella dramatización les causó confusión y diversión a todos los presentes, pero sabían que pocas veces se portaba de es manera, por lo que tendrían que cumplirle el capricho

—Lo siento, yo debería irme y...—sus palabras se esfumaron viendo como el chico de cabello verde y el moreno caradura se interponían en su camino—Eh... ¿debería asustarme?

—Nosotros vamos para el estadio. Somos el equipo varonil de basquetbol—Akashi presentó a todos  y chasqueó los dedos para que el moreno la levantara como costal de papas—Vendrás con todos, ya que vamos hacia el mismo lugar

Emiko soltó un chillido y comenzó a golpear la espalda de ese chico para que la dejara en el suelo

—¡Esto es secuestro!—chilló ella

—Señorita Nogara, le prometo que no le va pasar nada, confíe en mi—Kuroko la siguió de cerca, regalándole una mirada suave

Emiko abrió los labios para gritar nuevamente, pero al ver la insistente mirada de ese chico bajito, simplemente resopló y dejó de luchar

—¡Son una bola de raros!—chilló como última cosa

—¿No tienes más dulces de esos?—preguntó Murasakibara, encantado con la situación



























Muy cortooo, pero es una situación que imaginé y me causo mucha gracia LOL
—WestyRiddle

Kuroko no basket ~One Shots~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora