¡Hola! Soy West/Westy
Traigo algunas historias cortas con algunos personajes de el anime Kuroko No Basket
¡Espero que lo disfrutes!
Mis portadas son un asco, pero las historias valen la pena, lo juro 😭
Personaje: Kise Ryota Pronombres: Femeninos Nombre del OC: Azumi
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—Estoy muy borracha—mencioné casualmente mientras intentaba salir de la fiesta
—Ay no puede ser, va a matarme—se quejaba mi mejor amiga mientras abría paso entre la gente
—Debo ir a casa, mañana tengo entrenamiento y no puedo faltar—dije con una risita, como si aquello que dije hubiera sido el chiste del siglo
—No puedes manejar así—negó mi amiga castaña, que curiosamente comenzaba a ver doble
—Estoy bien, Riko... iré despacio—sonreí sintiendo como el alcohol adormilaba cada vez más mi cuerpo
Riko suspiró y tomó mi bolso buscando mi teléfono
—Lo siento, Azu, pero no voy a dejarte ir así
Y entonces marcó un número desde mi celular. Bufé enfurruñada y me senté a la orilla de la calle con los brazos cruzados. Escuchaba hablar a Riko con una persona, disculpándose del estado en el que me encontraba hasta que colgó
—Listo, ya viene por ti—murmuró sentándose a mi lado
—Espero que no hayas llamado a mis padres—solté una carcajada—Dudo mucho que vengan desde Canadá hasta Tokio solo por que estoy borracha
Ella sonrió y acarició mi cabello con una mirada compasiva y negó
—Llamé a la única persona que sé que vendría por ti sin quejas, siendo las dos de la mañana
—¿Mi príncipe azul?—hipé con una sonrisa
De pronto se escuchó el rugido de un motor acercándose a toda velocidad
—Digamos que es más como...—una moto de color negro se estacionó justo frente a nosotras y el chico que se veía con vestimenta a juego con su moto se quitó el casco—Tu príncipe rubio
Y ahí estaba, mi mejor amigo bajándose de su moto y corriendo hacia mi como si me hubiesen atropellado. Comenzó a revisar mi cara en busca de algún golpe inexistente y después de dedicarle una mala mirada a Riko, me ayudó a subir a su moto
—Sujétate con fuerza, Az—dijo mientras encendía su motocicleta
Y yo, haciéndole caso, abracé su torso y apoyé mi cabeza en su espalda. Casi como en los viejos tiempos donde recorríamos toda la ciudad por las noches
Sentía el aire recorrer mis brazos y piernas, pellizcando toda la piel que no alcanzaba a cubrir el vestido que traía puesto
No quería llegar a mi departamento porque sabía el regaño que me daría
