Después de la tormenta... [Kuroko]

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Personaje: Kuroko Tetsuya
Pronombres: Femeninos























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—Es extraña—mencionó mientras le veía sentada completamente sola en una banca del patio de la secundaria, desayunando

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—Es extraña—mencionó mientras le veía sentada completamente sola en una banca del patio de la secundaria, desayunando

—Tu eres extraño, Kuroko—recriminó Kise con diversión—Ella solo es muy tímida

—De todos modos, ¿Porqué tanto interés en ella?—Aomine enarcó una ceja

—Porque es extraña—repitió como si fuera obvio—Y porque creo que es muy bonita

—Entonces ve y háblale—le animó su rubio amigo

—Ya lo intenté, pero siempre que me ve caminando hacia ella, huye como un conejo siendo cazado

—Creo que porque el otro día hiciste que se estampara conmigo cuando no te moviste para dejarla pasar—el chico de ojos azul marino rió recordando la escena

—Pensé que no iba a verme y se pararía en cuanto me notara—se justificó inflando los mofletes

Los tres suspiraron detrás de una de las esquinas del gimnasio, donde podía verse perfectamente a la chica de cabello castaño que comía tranquilamente su almuerzo. Tenía la cara mirando al suelo y estaba demasiado concentrada viendo su comida, como si alguien la regañara por atreverse a mirar a su alrededor

—Me aburre no ver acción—chilló Kise

—Oi... calmado, niño—Aomine salió de su escondite y arrastró a ambos chicos haciéndolos caminar

Pasaron justo a lado de ella y deliberadamente, Aomine terminó empujando a Kuroko y este al estar distraído cayó sobre sus manos, raspándoselas

Y, ¿como no? Enfrente de esa niña de ojos chocolate

Aomine y Kise soltaron una pequeña risa antes de seguir su camino, dejando a ambos tórtolos completamente solos

Yumiko abrió los ojos como búho al ver como un niño había caído literalmente a sus pies y rápidamente quiso levantarse para ayudarlo, pero pensó que tal vez no era su problema e iba a incomodar solamente, o lo iba a hacer sentir en ridículo

Quizá esa era una nueva forma de saludarse entre sus amigos y ella estaba entrometiéndose

Aquellos pensamientos comenzaron a inundar su mente y pronto sus manos comenzaron a temblar, sintiendo la ansiedad recorrer cada fibra de su cuerpo y haciéndolo ponerse rígido

Escuchó gemir de dolor a ese niño de cabellos azules mientras lo veía levantarse lentamente

Así que intentó obligar a sus piernas obedecer para levantarse, sacó un pañuelo de tela y se lo extendió al niño torpe, sin siquiera mirarlo. Porque mirarlo también le daba pánico

Kuroko no basket ~One Shots~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora