¡Hola! Soy West/Westy
Traigo algunas historias cortas con algunos personajes de el anime Kuroko No Basket
¡Espero que lo disfrutes!
Mis portadas son un asco, pero las historias valen la pena, lo juro 😭
Personaje: Aomine Daiki Pronombres: Femeninos Nombre del OC: Izumi Kamize
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Caminé perezosamente hacia el gimnasio del colegio y bostecé nuevamente
Ayer habíamos ganado nuestro último partido de verano con una ventaja de 50 puntos a pesar de que yo había entrado solo a la última parte de la segunda mitad
Una vez más podía confirmar lo que ya sabía; yo soy el único que puede derrotarme
Con el semblante soñoliento crucé el umbral de la entrada y me senté en la orilla de las gradas, dejando mi mochila a un lado y suspirando antes de apoyar mi cabeza en mi mano
Pasaron un segundos donde casi volvía a dormirme, así que me levanté dispuesto a acomodarme mejor para quedar acostado y más cómodo
Pero en el momento en el que lo hice, desde mi posición pude ver a una persona del otro lado del gimnasio, en la última grada
Sostenía un libro entre sus manos y parecía ajena a todo lo que pasaba a su alrededor
Por primera vez en mucho tiempo sentí como la curiosidad afloraba en mi interior, por lo que me levanté y caminé directo hacia las gradas del otro lado del gimnasio
Mientras me acercaba pude notar que era una chica, cabello blanco, tez pálida y bonita figura
—¿Quien eres?—hablé mirándola desde abajo
Ni siquiera se inmutó ante mi llamado, así que decidí subir grada por grada hasta llegar junto a ella y así volver a hablar
—¿Eres sorda?—pregunté frunciendo el ceño
Entonces ella reparó en mi existencia y me miró
Esa mirada plateada me golpeó. Sentí como un peso se asentaba en mi estómago y la luz que reflejaba su mirada iluminaba un poco más el lugar
También me di cuenta de los audífonos que le habían impedido escucharme
—Uh... ¿hola?—murmuró un poco confundida, quitándose uno de sus audífonos
—¿Quien eres?—pregunté sacudiendo mi cabeza disimuladamente
—Izumi... mucho gusto—sonrió levemente mientras cerraba su libro—¿Y tu...?
—Daiki—contesté alejándome un poco más de su presencia
—Daiki... es un nombre un poco extraño—susurró pensativa—Pero lindo, muy original
Sonrió quitándose el segundo audífono
—¿Eres del equipo de baloncesto, no?—afirmó señalando con la mirada mis tenis
—A veces—murmuré volviendo a mi semblante flojo
—¿A veces?—rió ligeramente—No sabía que podías salirte cuantas veces quisieras
—No me refiero a eso, simplemente no me gusta entrenar muy seguido—suspiré relajando mi cuerpo en las gradas y cerrando los ojos
—¿Te aburre?
—En realidad lo amo... es por eso que nadie puede ganarme—murmuré adormilado
—Eres demasiado egocentrico, me recuerdas a alguien que conozco... siempre pensando que son lo mejor de lo mejor—bufó jocosamente
Abrí los ojos ante sus palabras y me recompuse, mirándola con el ceño fruncido
—Yo no pienso que soy el mejor. Lo soy—recalqué
—Uh... si tu lo dices, está bien—asintió
—Te lo voy a demostrar, mocosa sin color—refunfuñé levantándome
—¿Perdón?—silenció su pregunta al ver como tomaba mi balón
Sin quitarle la vista de encima tiré hacia la canasta, ella desvió la vista y confirmé que mi tiro había entrado cuando ella abrió ligeramente los labios; sorprendida
—Linda tu suerte de principiante—jugueteó con una sonrisa
Mi sonrisa al ver su sorpresa desapareció cuando escuché aquella frase
—Es una broma, Daiki—corrigió al ver mi semblante serio—Eso fue increíble
Se levantó tomando su libro y bajó las gradas conmigo detrás de ella
—La cosa es que...—dijo
Tomó mi balón y con su única mano libre le dio vueltas, poniéndolo sobre su dedo anular
—Digamos que yo también juego un poco—sonrió achinando los ojos
Seguido de eso, colocó el balón aún girando sobre una de las esquina del lomo de su libro y lo miró unos segundos
—Te digo que no vendrá, no le interesa esto
Ambos miramos hacia la entrada del gimnasio, viendo a mis compañeros de equipo entrando con sus bolsos deportivos y su uniforme
—¡¿Puedes callarte un...?!
Todos en el lugar dejaron sus conversaciones para verme
Después de todo parecía que llegar temprano si era algo raro en mi
—En fin, Daiki... tengo que irme. Tal vez podamos jugar después—sonrió la peliblanca hacia mi
Dejó el balón sobre mis manos y me miró durante unos segundos antes de ponerse nuevamente sus audífonos y sumergirse en su libro, pasando de largo a todos los chicos que la veían atónitos
—¿Tú, llegando temprano?—dijo Momoi asombrada
—Me importa más saber el nombre de esa chica guapa que hablaba contigo—dijo el capitán del equipo con una sonrisa pícara
—Es guapísima, en verdad—comentó otro
—¿Es tu novia, Aomine?
—Ella es una amiga solamente—murmuré flojo—En realidad ni siquiera la conozco
Todos comenzaron a silbar y burlarse mientras yo rodaba los ojos y caminaba hacia los vestidores
Aunque en mi mente aún estaba la imagen de Izumi dándome mi balón
Aquel entrenamiento estuve distraído... pero ahora no fue por aburrimiento
