𝑴𝒊𝒅𝒏𝒊𝒈𝒉𝒕 𝑺𝒐𝒓𝒄𝒆𝒓𝒆||. Suguru GetoxReader

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𝑳𝒂 𝒕𝒐𝒓𝒎𝒆𝒏𝒕𝒂 𝒊𝒏𝒕𝒆𝒓𝒊𝒐𝒓

El amanecer trajo consigo un día lleno de incertidumbre y expectativa para Alice Aoyama. La rutina matutina no lograba calmar los pensamientos que revoloteaban en su mente. Las revelaciones de su poder y la determinación de comprenderlo completamente la empujaban hacia adelante. Sabía que el día de hoy sería crucial para su desarrollo.

Al llegar al dojo, fue recibida por una energía inusual. Los rostros de sus compañeros reflejaban una mezcla de seriedad y anticipación. Suguru Geto, con su calma habitual, se acercó a Alice y le entregó un talismán nuevo, uno que emitía un brillo tenue pero constante.

_Hoy nos enfrentaremos a una maldición real, Alice, -dijo Suguru, su voz impregnada de una gravedad que no había mostrado antes. _Es importante que aprendas a manejar tu poder en situaciones reales.

Alice asintió, tratando de controlar los nervios. _Estoy lista, Suguru. Haré lo que sea necesario_.

Con eso, el equipo se dirigió a las afueras de la ciudad, donde se había detectado una actividad maldita. El lugar, una fábrica abandonada, estaba envuelto en una atmósfera densa y opresiva. Los susurros de las maldiciones resonaban en el aire, haciéndole saber a Alice que esto no era una simple práctica.

Gojo, siempre el líder carismático, tomó la delantera. _Recuerden, mantengan la calma y trabajen juntos, Alice, sigue mis indicaciones y confía en tu instinto_.

La entrada a la fábrica se abrió lentamente, revelando un interior oscuro y en ruinas. El grupo avanzó con cautela, atentos a cualquier señal de peligro. No pasó mucho tiempo antes de que se encontraran con la maldición. Una figura oscura y amorfa se alzó frente a ellos, emitiendo un aura de puro mal.

_Es ahora o nunca, Alice, -dijo Suguru, sus ojos fijos en la maldición. _Recuerda lo que has aprendido y confía en tu poder_.

Alice sintió una oleada de adrenalina. Cerró los ojos por un momento, concentrándose en el talismán y la energía dentro de ella. Cuando los abrió de nuevo, sus manos emitían la luz azulada que había visto antes.

_¡Vamos!_  -gritó Gojo, lanzándose hacia la maldición con una velocidad sorprendente. Maki y Nobara se unieron al ataque, coordinando sus movimientos con precisión.

Alice se mantuvo firme, siguiendo los movimientos de sus compañeros y esperando el momento adecuado para intervenir. La maldición era feroz, pero el equipo de Suguru era igualmente formidable. Sin embargo, en un momento de descuido, Nobara fue golpeada y lanzada contra una pared.

_¡Nobara!_ -gritó Alice, corriendo hacia ella.

_Estoy bien,_ -respondió Nobara con un gemido, tratando de ponerse de pie.

Alice sintió una ira repentina y poderosa. Canalizó esa emoción en su energía, lanzando un rayo de luz azul hacia la maldición. El impacto fue devastador, haciendo retroceder a la entidad oscura.

Suguru la miró con orgullo y sorpresa. _Eso fue increíble, Alice. Mantén esa intensidad_.

La batalla continuó, con Alice ganando más confianza con cada ataque. Finalmente, con un esfuerzo combinado del equipo, lograron neutralizar la maldición. El aire se despejó, y la opresión que habían sentido se desvaneció.

Cuando todo terminó, el grupo se reunió para evaluar el resultado. Gojo, con una sonrisa de satisfacción, se acercó a Alice. _Lo hiciste muy bien, Alice. Tu potencial es extraordinario."

Suguru asintió, sus ojos brillando con admiración. _Estoy muy orgulloso de ti, Alice, has demostrado una gran fuerza y control_.

Alice, aún respirando con dificultad, sonrió. _Gracias, a todos. No lo habría logrado sin su apoyo_.

De regreso al dojo, la atmósfera era más ligera, pero aún cargada de la emoción de la victoria. Suguru caminó junto a Alice, su presencia reconfortante.

_Lo que hiciste hoy fue impresionante,_ -dijo Suguru, su voz suave. _Estás descubriendo tu verdadero poder, y es algo hermoso de ver.

Alice lo miró, sintiendo una conexión profunda con él. _Gracias, Suguru. Significa mucho para mí que confíes en mí_.

Suguru sonrió, inclinándose hacia ella. _Siempre confiaré en ti, Alice. Eres más fuerte de lo que crees_.

El día terminó con una sensación de logro y esperanza. Alice sabía que todavía tenía mucho por aprender, pero con cada paso, se sentía más segura y preparada para enfrentar lo que el futuro le deparara. Con Suguru y sus amigos a su lado, estaba lista para cualquier desafío.