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𝑬𝒏𝒄𝒖𝒆𝒏𝒕𝒓𝒐 𝒆𝒏 𝒍𝒂 𝒑𝒆𝒏𝒖𝒎𝒃𝒓𝒂

Habían pasado dos semanas desde la inquietante visita de Toji y Sukuna. La tensión en el dojo había disminuido, pero la sensación de que algo grande se acercaba seguía presente. Alice había continuado con su entrenamiento, determinada a fortalecerse tanto física como mentalmente.

Una noche, mientras caminaba por un parque cercano al dojo para despejar su mente, Alice sintió una presencia familiar que le hizo detenerse en seco. El aire se volvió denso y la temperatura pareció bajar unos grados. Con un escalofrío recorriéndole la espalda, supo quién estaba allí antes incluso de verle.

_Alice, qué coincidencia encontrarte aquí,_ dijo Sukuna, emergiendo de las sombras con una sonrisa arrogante.

Alice se giró para enfrentarlo, sus ojos reflejando una mezcla de sorpresa y desafío. _¿Qué quieres, Sukuna?_

Sukuna se acercó lentamente, su presencia abrumadora llenando el espacio entre ellos. _Solo quería verte. He estado pensando en ti desde nuestro último encuentro._

Alice mantuvo su postura, aunque su corazón latía con fuerza. _No me intimidas, Sukuna. No voy a jugar a tus juegos._

Sukuna rió suavemente, un sonido que hizo eco en la oscuridad. _Eso es lo que me gusta de ti, Alice. Tu espíritu indomable._

Antes de que Alice pudiera reaccionar, Sukuna la tomó por la cintura y la acercó hacia él. La proximidad de sus cuerpos hizo que su corazón latiera aún más rápido. Alice sintió su aliento en su rostro, el calor de su cuerpo contra el suyo.

_Sukuna, déjame ir,_ dijo Alice, su voz firme pero con un toque de nerviosismo.

Sukuna la miró a los ojos, su sonrisa desapareciendo para dejar paso a una expresión más seria, pero con un brillo peligroso en sus ojos. _¿Por qué debería? Me diviertes, Alice. Eres... fascinante._

Alice trató de apartarse, pero Sukuna la sostuvo con más fuerza, sus labios acercándose peligrosamente a los de ella. El aire a su alrededor se volvió eléctrico, cargado de una tensión palpable.

_Podríamos tener algo especial, Alice,_ susurró Sukuna, sus labios casi rozando los de ella. _¿No sientes esta conexión entre nosotros?_

Alice se quedó inmóvil, su mente luchando contra la atracción que sentía. Sabía que estaba jugando con fuego, pero la intensidad de Sukuna la atrapaba de una manera que no podía explicar.

En el último momento, justo cuando sus labios estaban a punto de tocarse, Alice se giró, liberándose de su agarre. _No. No voy a caer en tus trucos, Sukuna._

Sukuna retrocedió, una mezcla de admiración y diversión en su expresión. _Eres fuerte, Alice. Me pregunto cuánto tiempo podrás resistirte._

Alice lo miró con determinación. _No importa cuánto tiempo tardes. No te pertenezco, y nunca lo haré._

Sukuna sonrió, sus ojos brillando con una promesa oscura. _Veremos, Alice. Veremos._

Con esas palabras, Sukuna desapareció en la oscuridad, dejándola sola en el parque. Alice respiró hondo, tratando de calmarse. Sabía que Sukuna no se rendiría fácilmente, pero estaba decidida a no dejarse manipular por él.

De regreso al dojo, Alice encontró a Suguru esperándola en la entrada, su expresión preocupada al verla llegar. _Alice, ¿estás bien? Sentí algo extraño._

Alice asintió, su voz más firme de lo que se sentía. _Estoy bien, Suguru. Solo... necesito descansar._

Suguru la miró con seriedad, pero asintió. _Descansa. Mañana es otro día de entrenamiento._

Alice subió a su habitación, su mente aún revuelta por el encuentro con Sukuna. Sabía que la batalla estaba lejos de terminar, pero con Suguru a su lado, estaba lista para enfrentar lo que viniera. La guerra contra las fuerzas oscuras apenas había comenzado, y Alice estaba más decidida que nunca a salir victoriosa

𝑴𝒊𝒅𝒏𝒊𝒈𝒉𝒕 𝑺𝒐𝒓𝒄𝒆𝒓𝒆||. Suguru GetoxReader Donde viven las historias. Descúbrelo ahora