Capítulo XL You Don't Fool Me Parte IX

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Aarón POV:

Los últimos días han sido de locos, según los informes de mis ineptos espías ese lugar era rentado por John Payne y según sus investigaciones desde muchos meses atrás el abuelo llevaba a Danielle a ese lugar, justo los días en que supuestamente ella iba a sus citas con el ginecólogo, así que todo coincidía sólo faltaba que Liam lo viera con sus propios ojos.

Justamente estábamos estacionándonos fuera del lugar, Liam ya me había hecho las preguntas que esperaba que me hiciera, ¿él es completamente predecible o yo soy muy inteligente? La verdad que esta vez tengo que reconocer que es cosa de él, supongo que hasta cualquier persona de bajo intelecto se daría cuenta, pero bueno.

-¿Estás listo para saber la verdad, Liam?- le pregunté.

Él me miraba desconcertado, estaba realmente confundido, incluso perdido, también veía el lugar.

-Aarón de-de qué ha-hablas- intentó preguntar pero más bien sonó a afirmación.

-Ya te lo dije, sólo necesito que muevas ese trasero y bajes del auto para llevarte a que conozcas por ti mismo todo este teatro- dije con fastidio.

-S-Sí entiendo- dijo tartamudeando, en verdad estaba colmando mi paciencia.

-¡Que bajes del puto auto, ahora!- le grité.

Ni eso funcionó para quitarle la cara de estúpido que tenía, pero a menos lentamente se quitó el cinturón de seguridad, abrió la puerta y como si tuviera todo el tiempo del mundo salió tan veloz cual tortuga.

Bufé.

Me deshice del cinturón de seguridad, abrí la puerta, salí al exterior y solté la puerta. Se escuchó un estruendoso ruido y eché el seguro.

Camine hacia la puerta del copiloto y ahí seguía Liam de pie mirando al pequeño lugar, parecía un zombie sin vida y sin cerebro, incluso me parecía que no estaba siquiera respirando.

-Vamos Liam, es hora- dije.

Empecé a caminar hacia la puerta del sitio pero no sentía la presencia de Liam tras de mí. Giré a ver y efectivamente se había quedado pasmado en el lugar donde lo había dejado. Joder, si hay algo que odio en esta vida, eso es la lentitud.

-He dicho vamos- dije molesto jalándolo fuerte del brazo, me importaba un reverendo cacahuate si lo lastimaba.

Lo jalé hasta que estuvimos frente a la puerta.

-Necesito que guardes silenc...-traté de advertirle, pero Liam seguía en shock no hacía falta- olvídalo, simplemente sigue así como estás.

Con la mayor de las delicadezas saqué con la mano que aún tenía libre saqué de mi bolsillo la llave que Talí y Laura habían conseguido para que Liam y yo pudiéramos entrar a este sitio lleno de pecado. Diligentemente dejé ir la llave por la cerradura, apenas hizo un click casi inaudible, saqué la llave y la regresé a su lugar inicial, gire el picaporte y abrí la puerta, jalé de nueva cuenta a Liam y cuando me aseguré que estaba dentro lo solté y tomé con ambas manos el picaporte de la parte de adentro y la orilla de la puerta, no quería que se percataran que dos intrusos sin ser invitados habían llegado.

Sucedió lo mismo que había pasado hace apenas unos segundos, hice mis movimientos con total limpieza, después de todo a esto es lo que me dedicaba, y era el mejor de todo el mundo, regresé a donde Liam quien miraba de manera panorámica el lugar, yo ya había estado aquí antes así que sabía donde estaba cada cosa, pero él miraba con los ojos completamente desorbitados el lugar.

-Tranquilo Liam, todo estará bien- dije en un susurro.

-¿Dónde estamos?- preguntó como si estuviera bajo los efectos del más poderoso alucinógeno.

La Fuerza del Destino (Ziam)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora