Coloreando el arcoiris

Capitulo 14

Flasback

-Quiero que seas Feliz Amber -Confesó -Y prefiero millones de veces antes tu felicidad que la mía.

-Aidan Basta -Le pedí susurrando.

-Deseo que sanes y yo no quiero que retrocedas por mí. Te mereces mucho más y lo sabes. Eres extraordinaria y la persona que te tenga será realmente afortunado.

-Yo si deseo que seas tu -Confesé casi llorando.

-No soy bueno para ti.

-Por favor basta.

-No mereces ser la mujer del proceso.

-Te amo con todo tu desastre y no me arrepiento de eso- Le dije acariciando sus mejillas,y en sus ojos podía notar tristeza.

-Lo sé.

-Yo si deseo que formemos una familia,y no bromeo con eso Aidan -Admiti llorando y sintiendo que me desvanecía.

-Esto no es sano Amber y no quiero que te destruyas.

-No, Aidan.

-Yo me puedo ir a la misma mierda pero tu no ¿me entiendes?

-Quiero estar contigo.

-Solo te estoy cuidando entiende mí niña.

-No lo hagas,no te lo estoy pidiendo.

-Siempre voy a estar orgulloso de ti. Se todo lo que quieres que yo estaré mirándote sonriendo desde lejos.

-No, me niego.

-Sana y se feliz que con eso viviré en paz.

-Te amo.

-Y yo a ti.

En ese preciso momento lo abrace y sentía que me rompía en míl pedazos,sabía que esto solo significará rendirnos y no saben cuánto eso me heria. Pero no podía hacer nada.

No cuando sabía que todo es difícil entre los dos.

Luego el y yo nos separamos y lo quedé mirando.

Esos ojos que me miraban con tanto amor lo hacían con melancolía.

Y en el momento menos esperado me beso. Se lo correspondi pero era tan inevitable que no se me salieran algunas lágrimas.

Y es allí cuando lo supe.

Lo amo como no tiene una jodida idea.

Pero también el merece avanzar sin mí.

Fin del flasback

Sus ojos en ese momento me transmitían amor pero a la vez vi miedo.

Miedo de volverme a fallar si lo intentamos de nuevo.

Miedo de no poder cambiar por merecerme.

Miedo que mí amor se transforme más en odio.

Y te entiendo Aidan.

Yo también tengo miedo de que las cosas entre los dos nunca funcionen,es como un espiral de un sin fin de posibilidades.

Y es que a mí me encantaría que lo volviéramos a intentar pero yo aún no lo perdono,y mientras yo no lo haga sé que no valdría la pena.

¿Perdonarme a mí?

Ya lo hice.

Me costó mucho.

Pero se que yo no tuve la culpa de nada.