CAPITULO 5

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POV: Anastasia

Subimos a la habitación con pocas ganas de movernos, no sabía como Raquel y Ema todavía tenían ganas de pasear después del día que estábamos pasando, y con la herida de Raquel con tan mala pinta, miedo me daba que le empeorase, al llegar preguntamos por algún médico o centro de salud pero casi se rieron en nuestra cara, por un momento pensé que tendrían un chaman o un curandero, pero no, solo nos dijeron que compartían médico con otros tres pueblos mas, a ellos les tocaba los viernes... Bienvenidos a la España vacía. Como Raquel dijo que no se encontraba mal más allá del dolor del golpe decidimos dejarlo estar, además Sofía nos había dicho que si algo empeoraba la avisásemos sin problema.

Marina dijo que se iría a recepción ya que allí había mejor cobertura, no le discutí la decisión ya que para estudiar prefería la soledad, le dije que subiese en un par de horas para poder estar tranquila, recogió sus cosas y con un beso al aire cerró la puerta tras de si. La verdad es que tuve una sensación rara, llevábamos todo el día juntas y no había tenido un momento para asimilar sola todo esto, no quería agobiarme por lo que salí hacia el baño para lavarme la cara y recomponer mis ideas, no oí a nadie en todo el piso por lo que deduje que estaba sola, al cerrar la puerta me di cuenta de cuanto me apetecía una ducha, así que lo hice, con el agua fría todo empezó a organizarse y a ver la parte positiva de todo esto, podía ser una aventura y seguro que llegábamos al concierto y a la exposición, la empresa de transporte no nos dejaría aquí tirados cuatro días, sería muy mala publicidad para ellos. Salí de la bañera, me envolví en una toalla y dejé secar el pelo al aire.

Al salir del baño oí una voz salir de la habitación más cercana a este, era la de Sofia, se la notaba algo enfadada... no suelo escuchar a escondidas así que seguí hasta mi habitación. No había nadie por lo que me vestí con calma mientras escuchaba música, me decidí por Rihanna para darle algo de alegría al momento. Me puse un mono vaquero con una camiseta de manga larga, estaba refrescando y lo último que quería era ponerme mala en este sitio. No me puse más excusas y comencé a estudiar, era mi último año y solo me quedaba un examen, en verdad lo llevaba muy bien por eso decidí hacer el viaje, pero me llevé los apuntes para repasar, toda ayuda es necesaria.

Me sobresalté al escuchar sonar mi móvil, era un mensaje de Cesar, era un audio de cuarenta segundos, sabía lo que me iba a decir; que si estábamos bien, que si lo de Raquel era grave, que deberíamos haber ido en avión como todo el mundo, que si lo necesitamos viene a por nosotras y que me quería, siempre era muy atento conmigo y mis amigas. El audio decía exactamente lo que pensaba, pero también agregó que le dijese el nombre del pueblo por si acaso, ahí me di cuenta que con las prisas ni nos habíamos fijado en eso, le respondí que no lo sabía y que luego le preguntaría a la dueña del hotel, bloqueé la pantalla y vi que habían pasado más de dos horas desde que Marina bajo a recepción, como estaba harta de estudiar decidí bajar con ella. Bajé con calma las escaleras pensando en cuanto tardarían Ema y Raquel en volver.

-Tía, no crees que dos horas editando son su...- pare de hablar ya que Marina no estaba ahí, pero si todas sus cosas- Que raro, con lo posesiva que esta chica con sus cosas- dije más para mi que para el ambiente, me giré dirección al comedor por si estaba ahí y nada, iba a llamarla, pero recordé que la fibra óptica aún no había llegado a este pueblo. Pensé que quizás la recepcionista habría visto donde había ido mi amiga, me dirigió a esa mesa del año dos antes de cristo pero antes de llegar noté como se habría la puerta, me gire y ahí estaba Marina, pero no estaba bien, entro llorando móvil en mano.

-Nena, ¿Qué te pasa? - Me acerqué a ella para abrazarla, aceptó mi abrazo unos segundos, pero note como se tensaba y rápido se apartó de mi.

-Nada tía- dijo intentando reír- me he agobiado por la situación y decidí salir un poco, nada grave- notaba algo raro, no me miraba a la cara, cuando hacia eso es que estaba ocultando algo.

- ¿Sabes que me puedes contar lo que sea verdad? Es decir, si es por algo de la Universidad o con Logan me lo puedes decir, a mí también me agobian estas cosas- Estaba segura de que mentía, llevaba todo el día rara, desde que no respondió esta mañana los mensajes sentí que fallaba algo  pero ya teníamos suficiente con una fatalista como Raquel en el grupo como para encima empezar yo también a dar la voz de alarma.

-Si tía, tranquila, todo bien- Se irguió y como si de un tempano de hielo se tratara se recompuso y se dirigió a la recepción a seguir con el ordenador, y yo me quede ahí plantada, sin tener muy claro que hacer.

POV: Marina

*20 minutos antes*

No dejaba de ver ese correo, deseaba que fuera una broma, lo necesitaba... Sonó el móvil y vi su nombre en la pantalla.

-Hola- me temblaba la voz demasiado por aguantar las lagrimas

- ¿Lo has visto? - Él estaba más alterado que yo.

-Si – Oí la puerta de la habitación abriéndose- Espera que salga. Salí por la puerta intentando no hacer ruido para que no me siguiese.

-Esto es grave Mar, como alguien vea esto estoy jodido

- ¿Te crees que no lo se? También me involucra a mi

-Entonces ya sabes que hacer- Su tono era autoritario

-Te recuerdo que son mis mejores amigas- Empecé a llorar

-Y yo te recuerdo que si quieres sobresalir debes dar a la gente lo que quiere, hazlo- Colgó el teléfono, me quede quieta mientras lloraba en silencio, nunca pensé que algo así me pasara a mí, lo que tendría que ser una gran etapa de mi vida se está convirtiendo en una pesadilla. Escuché a Anastasia decir algo en el vestíbulo, tenía que recomponerme y entrar como si nada, y eso hice, gire completamente secándome las lágrimas y entre al edificio otra vez.

Pero...¿dónde estamos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora