CAPITULO 11

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 *EN LA CIUDAD*

Corro por todos los caminos que veo, no sé dónde estoy yendo, pero me da igual, solo se que no pueden cogerme, nos han dado cuatro días más de margen, solo ha pasado uno, aun hay tiempo. Sigo corriendo, es de noche y en ciertas zonas la iluminación no es muy buena, confío en mi sentido de la orientación, es mi barrio, no me encontraran.

Giro a la izquierda, puedo ir por la calle del colegio, es de un solo sentido en cuanto a coches por la seguridad de los niños y ahora por la mía, no oigo nada...puede que hayan dejado de seguirme, quizás solo querían asustarme para meterle prisa y conseguirlo antes, seguro que era eso. Decidí parar a tomar aire, no pude evitar mirar la valla del colegio, tiene carteles hechos por los más pequeños sobre la amistad y el compañerismo, que irónico... No pude fijarme en nada más, noté el golpe en mi cabeza, sentí el suelo contra cada parte de mi cuerpo y como la luz de unos faros delanteros me cegaba, no sé si me estaba muriendo, pero pude oír unas últimas palabras dirigidas a mi

-Pobrecito, creía que podría escapar del zorro, bienvenido a la manada Logan.

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Punto de vista: Raquel

Volvimos en silencio, no teníamos mucho de que hablar en verdad, Anastasia estaba un poco incomoda, ese sitio nos había rayado a todos. No queríamos dar importancia a las cosas del bosque, puede que fuesen de algún festival, ahora en verano son muy comunes o de unas fiestas de este pueblo y lo hayan dejado allí para no tener que llevárselo.

Llegamos al bar a la vez que Ema y Manu, esta primera parecía incomoda, la esperaba sonriente después de haber estado con él, cruzamos miradas y cambiamos de idea, no era incomodidad, era preocupación, me estaba asustando por lo que mire a Anastasia, pero ella había captado lo mismo que yo, nos gesticulo que nos acercáramos mientras los chicos entraban al establecimiento.

- ¿Qué pasa tía, estas bien? -pregunta mirándola de arriba abajo

-Si tía, solo un poco rayada por una cosa que he visto en la plaza

- ¿El que? – Preguntamos a la vez

-He visto a Sofia en una tienda de electrónica y se ha comprado un cargador- Vale, esta chica debe dejar los videojuegos

- Y eso es raro porque... dijo Anastasia.

- Porque no había nadie en la tienda, entró con dos hombres, pero no estaban cuando lo hice yo, pero tampoco había dependiente ni clientes.

Ya veía por dónde iba

-Quizás conoce a los hombres y se lo han dejado

-Puede ser, pero, si tienes una tienda dedicada a eso es un poco contraproducente dejarlo en vez de venderlo- Ambas me dieron la razón- Quizás es una marca rara y bajaron al almacén a por él y ya le cobraron ahí

Ema dudo por un segundo, pero pareció convencerla lo suficiente como para dejar el tema.

Entramos al sitio y Marina ya estaba ahí, sentada mirando por una ventana, tenía una cerveza delante pero no había bebido nada, giró la cabeza al oír la puerta y su cara cambio a una mas sonriente pero claramente falsa, estaba claro que hoy todas tenemos mucho que contarnos.

Nos sentamos a la mesa, era una circular, me senté al lado de Marina a ver si conseguía sonsacarle algo, pero noté su barrera por lo que decidí abordar el tema más tarde. Pedimos la comida y empezamos a hablar animadamente, nos contamos cosas de nosotros mismos, pero nadie mencionaba nada de hoy, la única que no habló fue Marina. Una vez terminamos de comer nos tomamos un café y fue Anastasia la que hablo

Pero...¿dónde estamos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora