PARTE 2. CAPITULO 1: DEMONS

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Ya era de noche y se hacía cada vez más difícil caminar por el bosque. Luketi prestaba suma atención a los sonidos y al cielo. Tenía una expresión distinta a la que solía tener. Se preguntaba a si mismo si era una buena idea seguir avanzando.
Detrás de un árbol se detuvo a observar mejor el búnker. Allí ingresó el hombre con Raksey en brazos. Un hombre con la cara tapada hasta los ojos vigilaba la puerta.
— Excelente. —sonrió Luketi.
El pelirrojo rodeó por el bosque y se lanzó hacía el guardia, este intentó gritar pero Luketi logró tapar su boca justo a tiempo, con su otra brazo rodeó su cuerpo y le acercó un puñal al cuello.
— Si gritas, estás muerto. —expresó Luketi victorioso al muchacho que ahora se encontraba poseído por él.
Lo alejó unos metros de la entrada.
— ¿Que planeas hacer? —habló el chico.
— No es de tu incumbencia.
— Van a encerrarte si te descubren.
— Por eso vas a contarme todo lo que debo hacer para que eso no ocurra. —abrió los ojos como plato.
Luketi lo sujeto a un árbol lejano.
— Empieza a hablar niño, no tengo mucho tiempo.
— Las llaves están en mi bolsillo izquierdo. La azul es la de la entrada. La gris, la de las habitaciones.
— ¿Y está? —preguntó curioso señalando una pequeña llave roja.
— Pues, esa es de las celdas del sotano.
— ¿Celdas?
— Si... —dijo mirando al suelo.
— ¿Dónde podría esconderme? —le acercó aún más el puñal.
— Los conductos de ventilación son una buena opción.
Luketi le agradeció dándole palmadas a la cabeza.
— Voy a morir si me dejas aquí. —expresó nervioso moviéndose para intentar desatarse.
— Que así sea. —dijo Luketi dándole la espalda.
— Voy a gritar de inmediato.
— Entonces un KSK te matará.
— No, por favor. Escuchame... —dijo entrecortado— no puedes dejarme, yo te ayudé. Por favor. Prometo que no dire nada, puedo serte útil.
Luketi se río y volteó a mirarlo una vez más.
— ¿Cómo?
— Adentro nadie conoce los rostros de los otros, todo el tiempo están cubiertos y encapuchados. —dijo apresurado.
— Continúa.
— Sé donde encontrar otro traje. Además sería sospechoso que no este en la entrada al momento en que mi líder vuelva a salir.
— Me agradas.
— Mi hermana, Melanie, se encuentra encerrada en una de las celdas del sótano. Te ayudaré a cambio de que la saques de ahí.
Luketi dudo unos minutos mientras daba vueltas en círculo pero al final se decidió.
— Trato hecho. ¿Sabes dónde pudo llevar a mi amiga?
— ¿Te refieres a la chica que cargaba en brazos?
— Si, ella.
— A las celdas o a su habitación. No hay otra opción. En la mañana es el mejor momento para bajar a las celdas, que es cuando todos están en el comedor. Pasan una lista contada con cada integrante. Eres el único que puede ayudarla.
— De acuerdo...
— Una vez que liberes a mi hermana y a tu amiga escaparemos por la puerta principal, durante el día estará haciendo guardia Braisa, es un conocido.
— Muy bien, niño.
— Soy Marcos.
— Luketi.
— Métete a los conductos de ventilación y quédate ahí hasta que terminé mis horas de guardia. Mi habitación es la 3ra a la izquierda. Voy a darte un traje para que puedas camuflarte entre nosotros. También te llevaré algo para que comas. —hizo una breve pausa, tragó saliva y añadió— Ten cuidado que no te descubra mi líder.
— ¿Quiénes son ustedes?
— El Clan Demons.

En las Montañas del FauriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora