Deseo

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Pov Kara:

Ya no quiero ser un elefante marino en viaje de alimentación

Estaba agotada, todos los músculos me pesaban, caminaba más lento que un caracol rumbo a las habitaciones para descansar al menos unos minutos, iba con los ojos cerrados, parecía sonámbula

Aunque bueno, muy alejada no estaba, juntándolas todas, si dormí 6 horas en los últimos 5 días es decir mucho; siempre considere que Diana era una mujer muy ocupada y dedicada, pero ahora lo confirme, 130 pacientes en recuperación, al menos 3 cirugías diarias, urgencias

Realmente es difícil ser Diana

A todo eso teníamos que sumarle nuestros propios pacientes y cirugías programadas, por eso no salíamos del hospital, ya no sabía si era de dia o de noche, como se sentía el sol en la piel, un aroma que no sea desinfectante y lavandina

Veía a mi hijo y Lena por solo unos minutos, no era suficiente, ni se acercaba a lo mínimo, realmente los extrañaba. Por suerte la pelinegra se lo llevo con ella por estos días y estaban solo a 10 calles, por lo tanto siempre venían a cenar, pero yo casi ni tenía tiempo para eso

Hoy, por ejemplo, tuve que interrumpirlo por una apendicitis, ¡una apendicitis! cualquiera podría haber realizado esa cirugía, pero como era una paciente de Diana solo nosotras podíamos acercarnos; fue una intervención de dos horas, pero al salir y buscarlos obviamente ya no estaban, por eso regrese derrotada a la habitación

Abrí notando todo oscuro, observando que la litera superior estaba vacía y en la inferior dormía Im, yo no duermo arriba porque si despierto alterada me golpeo contra el techo, ya paso 4 veces, por lo tanto me recosté a su lado, exhalando un suspiro de alivio cerré los ojos, quedando sola con mis pensamientos

Y mi imaginación

Misma que hace 5 días siempre iba a parar en la misma dirección, luego de que Lena lo sugiriera, solo pude pensar en ella, intentar recordar que hacíamos para asegurar con tanta firmeza que la pasábamos mejor

Seguía en negro en cuanto a ella, lo único que recordaba era esas palabras que mal interprete tanto, y eso sin duda no era divertido, por lo tanto estaba vacía de recuerdos y ahí es donde entraba mi condenada imaginación

Todo empezaba muy normal, incluso podía ser considerado recuerdo, estábamos dentro del carro, yo conducía, hablábamos, reíamos, incluso en algunas oportunidades ella me alimentaba, ahí empezaba lo raro

Pero luego empeoraba cuando aparcaba el carro y bajábamos a algún sitio que no reconocía, se veía difuminado, todo lo que no sea su silueta y siempre escuchaba la misma frase dicha por ella

"Ahora nos dirigimos a la suite presidencial, dime ¿para qué crees que lo estamos haciendo?"

Luego venia lo imposible, mi cerebro fantaseando como si un director de Hollywood viviera dentro de él, Lena me besaba, no solo eso, me besaba mientras abrazaba mi nuca, bajando las manos por mi cuerpo, arañando mi vientre, volviendo a subir para desabrochar los botones de mi camisa, colocando su pierna en medio de las mías, mi imaginación sin duda era muy creativa, cochina y también poderosa, porque había momentos donde incluso tenía la sensación de sentirlo y eso... no era bueno

- ¡No, no quiero usar mi imaginación! – me incorpore al instante, abriendo los ojos - ¡auch! – tome mi cabeza con fuerza luego de prácticamente partírmela con la litera de arriba

- ¡Kara! ¿qué diablos? – bramo Imra sentándose, ella sin golpearse, claro, es un chichón del piso - ¿estas bien? – subió la mano cubriendo su boca, un pésimo intento de ocultar la sonrisa

FuneralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora