Mi bella esperanza

102 13 9
                                    

Pov. Kara:

Estaba agotada, realmente exhausta, feliz, pero cansada; hacia más de un mes realice mi primer cirugía en solo exitosa, duró 3 horas y 37 minutos, rompiendo el récord de cierta pelinegra que solo observo mi trabajo y salió sin decirme absolutamente nada, sintiéndome extremadamente satisfecha conmigo misma; ¿el problema? luego de ese día parecía que la única encargada de todas las operaciones era yo

No me quejo, la practica hace a la maestra

No había perdido una sola vida en 42 intervenciones, aunque me enfrente a situaciones donde mi decisión seria determinante para salvar una vida, pero causar un cambio radical en el día a día del paciente; como en este caso, donde caminaba rumbo a la habitación 23 para informarle a la mujer su nueva realidad

Como durante estos 30 días era acompañada por la doctora Prince, odiando como nunca su andar lento; necesitaba rapidez o me dormiría caminando, algo que a la pelinegra parecía no importarle en absoluto; jamás lo reconocería en voz alta pero realmente admiraba que nunca se viera cansada cuando trabajaba más que ninguno

Es cuestión de tiempo hasta que me acostumbre a este ritmo, solo se trata de eso, acoplarme

Sin embargo no era de acero, ni me recargaba con el sol, realmente necesitaba descansar pero lo primero era el trabajo, siempre; ingrese a la habitación viendo a la mujer empezar a despertar, acompañada a cada lado por sus dos hijos adolescentes, sintiéndome mal conmigo por sus lágrimas, pero si no fuera por mi accionar ahora estarían llorando su perdida, les regale más tiempo con su madre

-Buenos días, señora Miler – me miró al instante con los ojos llenos de lagrimas

-Salvo mi vida, doctora Danvers – ay dios, esto tiene que ser una broma – gracias – sollozo, observe de reojo a la pelinegra que solo estaba cruzada de brazos a mi lado, viendo todo seria pero con un claro mensaje, "habla ahora"

-Señora Miler – suspire acercándome a ella, tomando su mano – realmente lo lamento pero la gangrena era imposible de contener, la cantidad de tejido celular muerto junto a la infección nos dejó sin otra opción más que amputarle las piernas – me soltó luego de ello, bajando los ojos a donde deberían estar las extremidades – realmente lo siento – cerré los ojos por la pena, aunque tal vez lo aproveche para descansar un poco la vista – le haremos un seguimiento constante, tendrá apoyo psicológico y estará medicada a todas horas para evitar los dolores posoperatorios – explique cada punto – no debe preocuparse si se le hinchan los pies, es algo normal por los medicamentos

- ¿Qué acaba de decirme? – abrí los ojos al instante, observándola confusa - ¿usted se está burlando de mí?

¿Qué dije de malo? Seguimiento, psicólogo, medicamento, hinchazón en los...

- ¡Lo siento! – abrí los ojos como platos – realmente lo lamento, no fue mi intención...

-Váyase de aquí – corto mis palabras

-Señora...

-Doctora Danvers, aguárdeme fuera, salga – ordeno Prince sin dejarme otra opción más que hacerlo, apoyándome contra la pared apenas salí

-Mierda – murmure bajando la vista, sintiéndome extremadamente apenada

-Buenos días, Kara – abrí los ojos viendo a Imra saludándome con un asentimiento que imite, volviendo a bajar los parpados

-Buenos días, Im – murmure, pensando si tal vez los minutos que Prince tardaba me alcanzarían para dormitar unos segundos

- ¿Cómo me llamaste? – pregunto haciéndome levantar los parpados

FuneralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora