Tu lo vales

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Pov Lena:

Cuando Kara despertó del coma sin recordarme, a medida que el tiempo pasaba sin ningún avanece y puros retrocesos, pensé que jamás volvería a tener la dicha de que cada una de mis mañanas fuera perfecta solo por tenerla a mi lado

Me había resignado, renunciado a ese sueño que en algún momento fue tan real, considerándolo un imposible; ingenua de mi parte al olvidar que mi rubia, el amor de mi vida, mi mujer perfecta, se ríe en el rostro de lo imposible solo para convertirlo en posible segundos después

Habíamos compartido mañanas, tardes, noches, días perfectos, pero ninguno tanto como el de ayer, donde todo fue tan tierno, romántico, dulce y divertido, como ella misma; me había derretido por completo al verla tan nerviosa cuando llegue, sin saber cómo actuar a continuación, viéndola como nunca antes, provocándome la necesidad de tranquilizarla y hacerle ver que no importaba el entorno, los detalles, aunque dulces, solo era un factor externo, lo único relevante éramos ella y yo, nuestro mundo

Ese que estallo y ella misma reconstruyo, pieza a pieza

Pensé que no volvería a apreciar su rostro dormido, tranquilo, con esa pequeñita sonrisa que siempre dibujaba; sin embargo aquí estaba hace más de 1 hora, acariciando suavemente su rostro con mi índice, sonriendo al verla fruncir las cejas cuando dejaba de tocarla, reprimiendo la risa viendo su nariz arrugarse cuando pasaba mi dedo por allí, mordiendo mi labio inferior cuando estiraba los suyos luego de que depositara un beso en su mejilla, deleitándome al detallarla, amándola más a cada segundo, no queriendo que despierte pero al mismo tiempo, ansiando que lo haga

Por eso la desperté

-Cuando nos conocimos – empecé viéndola apretar los ojos con fuerza, antes de abrirlos, haciéndome sonreír - aseguraste que tenías el sueño ligero – delineé su labio inferior sin desconectar nuestras miradas – una mentira, sin duda – reí, viendo su hermosa sonrisa

La más perfecta del universo

-Espera – frunció las cejas e hice lo mismo, confundida, aunque rápidamente reí cuando aprisiono mi cintura, virándome, repartiendo besos por todo mi rostro – primero, buenos días – unió brevemente nuestros labios – ahora si – apoyo la cabeza en mi pecho, al instante subí la mano acariciando su cabello, sonriendo ampliamente al oírla ronronear – eso me gusta – si no lo decía... - pero dime, cuéntame, ¿cómo nos conocimos?

-Tú me chocaste – alzo la cabeza al instante, observándome con las cejas elevadas

- ¿De verdad? – asentí – lo siento mucho – nuevamente me abrazo con fuerza, escondiendo la cabeza en mi cuello, provocando mi risa instantánea

-Yo no – rasque su cabello – porque ese choque fue lo mejor que me paso en la vida, solo por el hecho de haberte conocido – bese su cabello y al instante ella hizo lo mismo en mi cuello – aunque siéndote completamente honesta, en ese momento quizás, tal vez, si te odie un poquitín – acaricie su espalda descubierta, detallando sus cicatrices, conocía la historia de muchas, de otras las suponía – tú y yo, bueno, no nos llevábamos exactamente bien al principio

-Por favor, no me digas que también fue por mi culpa en esa oportunidad – murmuro contra mi cuello, fruncí las cejas

- ¿Cómo que también? – no respondió, en cambio hundió más su cabeza, abrazando mi vientre - ¿Kar?

-Ya sabes – suspiro – en esta nueva vida, nos llevábamos mal porque era una perra insensible que sugería constantemente que me querías robar a mi hijo cuando solo estabas cuidándolo – permaneció en silencio unos segundos antes de exhalar, generando que su aliento cálido choque contra mi piel – lo lamento mucho

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