Mira y aprende, Dios

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Narrador Omnisciente:

Diana Prince, Alexander Luthor, Imra Adreen se preparaban en silencio para la operación que llevarían a cabo, cada cual con la mente en sitios totalmente diferentes pero con un objetivo en común, intentar darle a la rubia la oportunidad de vivir plena y feliz, aquello que dios le había arrebatado

Bien sabido es que los cirujanos se creen superiores a Dios

Sin embargo el único verdaderamente importante aquí era Lex, el mejor neurocirujano del mundo, varias veces galardonado, con un currículo impresionante en sus cortos 27 años. Tratamientos e invenciones medicas que salvaron muchísimas vidas, aunque nada de eso le importaba ahora, cambiaria todo solo por la vida de esa rubia que su hermana amaba, que él aprendió a querer, que su padre arruino

Pobres Luthor, sintiéndose en deuda con el mundo por las acciones de su progenitor

Era un movimiento arriesgado el que llevaría a cabo, sin ninguna certeza, solo confiando en su eficacia y la de su madre, quien se había dedicado este último tiempo a encontrar una solución a ese trágico accidente

Noche y dia ambos trabajaban en el laboratorio intentando imitar la eficacia de los nanitos de su hermana; de haberla incluido no tendría ningún margen de error, ella lo habría logrado en un abrir y cerrar de ojos, pero como todos, tenía la mente en otro sitio

- ¿Qué estoy haciendo aquí, Lexi? – pregunto Diana colocándose a la izquierda de la rubia, mientras que Adreen iba a la derecha y Lex en su espalda, funcionaban perfecto como equipo, pulidos, rápidos, eficaces, inigualables – puedo trabajar en su cerebro, la verdad despierta mi curiosidad saber si llega la suficiente oxigenación, pero no creo que lo dejes en mis manos, ¿o sí?

-Jamás cometería tal imprudencia, lo tuyo son los corazones, no invadas mi territorio – replico causando una diminuta sonrisa en ambas pelinegras – solo están aquí por si colapsa, ¿acaso ya olvidaron lo que sucedió la primera intervención?

- ¿Te atormentan los recuerdos de Vietnam? – se burló sentándose en el banquillo del anestesista – básicamente, pasando en limpio, ¿solo estoy aquí como si fuese una residente novata? me ofendes, Alexander Luthor

-Al menos a ti no te designo como instrumentarista quirúrgica – comento Adreen tendiéndole el bisturí – 20 años de estudio, maestrías, especializaciones, perfeccionamientos, solo para terminar eligiendo la sierra correcta

-Mucha queja, pocos lentes de aumento – realmente Lex disfrutaba darles órdenes a sus colegas – además sé que querían estar aquí, esta vida es importante para todos y no tolero que invadan mi quirófano una vez que abrí, succión – Diana rio viendo a Adreen rodear los ojos mientras hacía lo indicado

-Ahora que lo mencionas, si me resulta bastante curioso que la directora no esté aquí supervisando todos nuestros movimientos, su hermana no dejaría que la quiten alterando la paz como solo las Danvers saben hacer – todos rieron

-Lexi probablemente se encuentre en la azotea en este preciso momento – comento Imra, colocando los lentes de protección cuando Lex acciono la sierra – nunca le gusto participar en las intervenciones, era un trabajo demasiado lento según ella, estar parada durante horas solo trabajando con tus manos en un órgano vital, no es para hiperactivas amantes de la acción – sonrió nostálgica

- ¿Por qué estudio medicina entonces?

- ¿Deberíamos preocuparnos de que se encuentre en la azotea? – preguntaron Lex y Diana respectivamente

-Jeremiah era cirujano de trauma en el ejército y siempre le contaba historias que luego ella me contaba a mí, lo admiraba, siguió todos sus pasos, pero la verdad es que siempre quiso formar parte del F.B.I., detener criminales, estar en acción constante, es adicta a la adrenalina – suspiro – y no, no debemos preocuparnos de que se encuentre en la azotea, siempre que esta abrumada va a sitios altos y abiertos, les aseguro que ahora lo está, además de aterrada y nerviosa

FuneralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora