Feliz, solo feliz

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Pov Lena:

Mi pequeño presumido junto a mi bebe se había levantado hace ya media hora, iba a seguirlos pero al instante su sitio fue ocupado por mi rubia, apoyando la cabeza en mi pecho, abrazándome por la cintura, regresándome al sitio que ya no quería abandonar; subí la mano a su cabello dorado como el oro y suave como la seda, rascándolo, sintiendo que sonreía sobre mi piel

Estaba despierta, lo sabía y era consiente que ella estaba al tanto de mi conocimiento, pero ninguna dijo nada, solo nos quedamos en la misma posición por largos minutos, disfrutando su calor, olor, y cuando ya no pudo evitarlo, las caricias que hacía en mi cintura; me incorpore unos centímetros besando su cabeza, sabiendo que luego la alzaría obsérvame con ojos brillantes

Puedo verlo a diario, saber que sucederá, pero nunca me cansare de apreciarlo

-Buenos días, cariño – bese su mejilla, emitió un quejidito, negando, acercándose a mis labios pero corrí el rostro – ah, ah – negué con la cabeza – aun no me lave los dientes

-No importa, siempre hueles bien – volvió a intentarlo, obteniendo el mismo resultado, haciéndome reir cuando berrincheo – bien – suspiro acostándose nuevamente en mi pecho – nos quedaremos aquí acurrucadas hasta el fin de los tiempos

- ¿Eso debía sonar amenazante? porque te advierto que su efecto fue el contrario – rio acurrucándose sobre mi cuerpo, escondiendo la cabeza en mi cuello donde deposito un suave beso, luego otro más largo, solo para proceder a morder suavemente el punto de mi pulso – no haremos nada en casa de tu madre – asegure mordiendo mi labio inferior, intentando evitar que mis piernas se abran por inercia cuando lamio mi clavícula

-No pretendo nada – me observo con falso rostro inocente que no compre un segundo – pero tengo mucho cariño para darte y tú no me dejas besarte – nuevamente acerco sus labios a los míos y esta vez no iba a impedírselo, pero en cambio se dirigió a mi mandíbula, delineándola mientras se ubicaba sobre mi cuerpo

-Se que no eres tan inocente como pretendes – murmure apretando su cabello cuando bajo los besos, separando las piernas sin poder evitarlo – y la puerta está abierta, sin seguro, nuestro hijo puede entrar en cualquier minuto – se detuvo por completo, acostándose sobre mi cuerpo, escondiendo la cabeza en mi cuello

-Tenemos que crear un sistema se seguridad que se active a la distancia – murmuro causando mi risa antes de incorporarse, observándome con una preciosa sonrisa – de preferencia antes que nazcan los niños - ¿qué niños? - aprendan a caminar y curiosear, los bebes hacen eso - beso la comisura de mis labios – no queremos traumar a nuestros hijos ¿no crees? – rio, no pude evitar elevar las cejas, sorprendida

¿Cómo dices que...

- ¡Tía! – oímos el bramido emocionado de nuestro peque opacado por la puerta - ¡Pi! ¡tía Sam! – lo siguiente fue un ladrido que reconocí con facilidad

-Debemos levantarnos, cariño – dijo Kara sonriendo, besando rápidamente mis labios antes de incorporarse, corriendo a toda velocidad fuera de la habitación, causando mi risa

Me levante lamentándome de tener que dejar el lecho, nunca me paso eso, prefería estar lejos de la cama antes que perder el tiempo allí, pero claro, eso no aplicaba cuando tenía a mi novia sobre mi cuerpo, o nuestro hijo y cachorrito en medio compartiendo tiempo con nosotras, llenado mi pecho de calidez

¿Nuestros hijos?

Probablemente fue un pensamiento intrusivo que no pudo evitar expresar, no tenía que analizarlo tanto, la euforia del momento, palabras dichas al aire sin una significancia real; no, Kara no quería más hijos, bien claro lo dejo al despertar sin sus recuerdos, si no pudo sobrellevar uno, mucho menos lo hará con 2, 3, o 5

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