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[...]



Su espalda pegada al espaldar frío de su cama, su frente sudada y su respiración errática, sus manos hechas puños aferradas al protector de cama, su cabeza dando vueltas de los pensamientos abrumadores que no lo sueltan, esas voces, las mismas malditas voces que no dejan su cabeza tranquila. Cuatro de la mañana marcaba el reloj. No había dormido nada.

" ¿acaso no fue suficiente para ti casi matarte? "

" Muérete, todo fuera mejor si estuvieras muerto"

—¡Ya basta!— su voz era temblorosa y sus ojos no dejaban de lagrimear  —dejen de molestarme, ya me fui, ya me—

Abriendo sus ojos de golpe tomó con fuerza su suéter entre sus manos, las arcadas haciéndose inevitables, sacando sus pies de la cama sintiendo la baldosa fría bajo ellos, importándole poco ese hecho, corrió lo más rápido que pudo hasta llegar al escusado, alzando la tapa y dejando caer rápidamente sus rodillas contra el piso e inclinando su cabeza para regresar su estómago.

Dejándose caer hacia atrás, dio un suspiro de alivio y asco, sintiendo el feo sabor en su boca, débilmente se puso de pies aún con sus ojos llorando de el enojo, el miedo, sus miedos.

Ya en su cama tomó su teléfono, visualizando rápidamente el contacto de yoongi, tomó un suspiro y timbró. Hasta ese momento no paraba de llorar y el temblor en su cuerpo empeoraba, sus uñas enterradas en la palma de su mano libre y el teléfono en altavoz emitiendo pitidos que solo lo colaban más ansioso.

—Yoongi, por favor, quiero que vengas— su voz entre el llanto y la angustia haciéndolo sentir vulnerable de su propio ser.

Tae, ¿qué pasa?— Su voz ya no quería salir, en una muda señal de lo mal que se encontraba.  —Olvídalo, no me respondas, ya voy para allá—  el sonido de la llamada finalizada lo hizo salir de su trance de llanto, soltando el teléfono.





[...]




El sonido de la puerta siendo cerrada lo hizo abrir sus ojos llorosos, encontrándose de frente con un rubio que no dudó en caminar hacia él, tomándolo entre sus brazos como un niño pequeño en busca de un lugar seguro.

—Ya, ya, taetae, todo va a estar bien, ¿si?, por favor, me duele verte así—  arrulló con voz suave, importándole poco que la tela de su buzo se vea atacada por las lagrimas del contrario.

—Lo lamento, perdón por molestarte, perdón por ser un peso para ti en este momento—

—No, Tae, mírame—  tomando su mejilla entre sus manos lo hizo mirarle, secando un poco con sus pulgares antes de hablar.  —No me molesta venir si me llamas, no me voy a enojar porque me necesites, ante todo, somos amigos, soy tu mejor amigo, te quiero y no me gusta saber que estás mal, si puedo ayudarte lo voy a hacer. Además, siempre tendrás este hombro en el cual llorar, y mis manos para secar tus lagrimas. Eres importante, no eres una carga cómo te han hecho creer en tu pasado—  con una pequeña sonrisa dejó un pequeño beso en su frente un tanto húmeda por el sudor de su nerviosismo. 

—Ahora, ven, tomarás un baño caliente, te calentaré un poco de leche y me quedaré aquí lo que me necesites, ¿está bien eso?— Preguntó.

Profesor jeon  - [Kooktae/Taekook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora