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[...]

¿Hace cuánto no se embriaga solo?

Luego del trabajo decidió llegar a un bar, algo tranquilo para una sola persona, él que iba solo. Ese día le había mandado un mensaje al castañito donde le decía que no se podrían ver, metiendole mil excusas y sin embargo este aceptó sin problema.

Desde que entró pidió lo más fuerte, mezclando trago y hasta tomando de más,  quería quedar sin razón, que tuvieran que llamar un Uber para que lo buscará, quería solo caer cómo roca para olvidar. Olvidar.

¿Qué quería olvidar?

¿Está fecha?

¿Este día?

Quería hasta olvidar su nombre de ser posible, ese diez de octubre pesándole, hoy hace diez años sucedió eso, ese evento que lo marcaría de por vida, asustandole tanto mirar a otros horizontes, asustandole volver a encariñarse, volver a enamorarse, a que me volviera a gusta alguien, a que ya no le gustasen los niños, no soportando siquiera estar cerca de un bebé, era desgastador y traumático.

Su garganta ardía por lo consumido, estaba mareado y sus ojos pesaban, sentía la cara caliente y aún así las lágrimas enfriaban eso, qué patético se sintió riendo cómo un demente mientras lloraba. ¿Dolía tanto que le causaba gracia?, ¿gracia eso o gracia él?

Sus labios temblorosos seguían riendo incluso en el taxi, asustando al señor de este, ¿qué tipo de maniático había recogido a las dos de la mañana?

Sus mangas estaban mojadas de tanto pasarlas por su cara y sus ojos que secretaban pesadas gordas gotas de agua salada, su mandíbula dolía por apretarla cuando no quería soltar los sonidos lastimeros, ¿qué carajos era eso?

Él ya no era un niño, ya no era un adolescente, era un adulto cómo para estar quebrandose a llantos mientras entraba en su apartamento, silencio, y más silencio lo recibieron, su risa fuerte fue lo único que sonó, a ese paso quedaría loco.

Sus pies se arrastraron dejando todo en la sala, iba tambaleando y eso lo hacía sostenerse de las paredes que ahora sentía apretadas encima de él.

Llegando frente a su puerta soltó un suspiro, tembloro e inseguro, puso una mano de soporte y recostó su cabeza, una sutil risa soltó, antes de dejar de recostarse y cambiar el rumbo de sus pies,  mirando fijamente la puerta al otro lado, sintiéndose tan lejos y tan pesada, ¿por qué iba ahí?

¿Qué esperaba encontrar?

Sus manos temblorosas tomaron la perilla, una pequeña capa de polvo haciéndolo toser para luego ingresar y cerrar tras él, todo oscuro, estiró su mano al interrumpor pequeño, solo la pequeña lámpara de pared prendió, alumbrando tenuemente la habitación pero lo suficiente para dejarlo inundarse en nostalgia y profunda tristeza.

Los muebles tapados con sábanas blancas, se veía tenebroso, dejando caer en la puerta su cuerpo pesado, soltó un suspiro sintiendo sus ojos volverse a llenar de lágrimas, las cajas picando porque las abriera o tan siquiera mirara de nuevo el contenido, esas cosas que lo rodearon años, acostumbrándose a tenerlas e incapaz de botarlas, no era capaz de eso, prefería ahogarse en recuerdos, nostalgia y mucha tristeza.

¿Ya dijo nostalgia y tristeza?

Su cabeza se inclinó mirando el techo, parpadeando repetidas veces, sonrió débil, notándose el sutil color verde por brillar en la oscuridad, pequeña estrella, pequeñas estrellas decoraban el techo blanco, unas más grandes y otras más pequeñas, viéndose tiernas, pero llenas de tantos recuerdos dolorosos, haciéndole doler el pecho y haciéndolo llorar arropando su cara con sus manos temblorosas, sus alaridos olían a alcholo, ¿qué pensaría de verlo así?

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⏰ Última actualización: Aug 22 ⏰

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Profesor jeon  - [Kooktae/Taekook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora