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Su pecho subiendo y bajando, su propia mano recorriendo su pecho y parando en sus pezones para apretarlos un poco jadeando en el proceso, no había podido dormir por su cabeza dando vueltas, y ahí estaba él, pisando la una de la mañana y con una gran erección que atender.

La mano fría entrando en su ropa interior queriendo brindarle consuelo a la zona caliente esperando contacto, un roce, una caricia, gimiendo bajito al tomarlo en su mano, sobando de arriba a abajo, yendo firme, preciso, queriendo saciarse.

"Mmh" su boca formada en una bonita O, mientras esa mano subía y bajaba con ya la ropa interior fuera de su zona íntima, esa que estaba profanado en ese momento.

Su cabeza tiró hacia atrás, eran sus manos, esas manos suaves y de dedos largos pero, su cabeza imaginando otras manos, más varoniles, más fuertes, más grandes, quería que lo tomara, que apretara sus pezones así cómo a él le gusta hacérselo, tomara su pene así cómo a él le gusta hacérselo, quería esas manos apretando en los lugares correctos, quería perderse con ese cuerpo encima suyo, un cuerpo más grande, y oh, esos grandes brazos tomándolo,

Quería montar en esos firmes muslos, quería verlos rojizos por el constante choque, quería, quería..

Quería que lo jodieran...

Sus dedos lubricados dando vuelta en su entrada, esa que se contraía en anticipación, ansioso, ingresando el primero fue lento, hundíendolo lo más que podía, metíendolo y sacándolo, con el segundo su cabeza voló, no era primera vez que lo hacía, porque se sentía tan sensible, tan deseoso, ¿qué lo tenía tan extasiado?

La mano que estaba en su erección pasando rápidamente a aferrarse a sus sábanas, su espalda arqueada y esos dedos moviéndose firmes, rápidos, certeros, dando golpes en su próstata seguido, no reteniendo sus gemidos que salían de su boca sin permiso alguno.

Tomó su erección nuevamente, yendo al compás de los dedos dentro de él, estando tan cerca de acabar, su cabeza dando vueltas, su respiración errática y acelerada, sus cabellos castaños pegados a su frente, sus pezones marroncitos en un tono rojizo, sus gemidos más notorios y el ruido que hacían sus dedos al entrar y su mano al estar subiendo y bajando en su húmeda erección.

Dando una última vuelta en su pene se vino en su mano con un gritito ahogado. —Jungkook..








[...]





Estaba en su primera clase del día, clase que daba jeon, persona con la que fantaseo mientras se tocaba la madrugada de ese mismo día.

Se sentía penoso, desde que llegó no pudo verlo a la cara, su momento caliente le jugó una mala jugada, lo hizo caer en la tentación de su atracción hacia el mayor, ese que se movía frente a él, ese que lo miraba de vez en cuando, ese mismo que lo había saludado al llegar y él con todo y su vergüenza solo asintió y siguió de largo.

Yoongi ese día no asistió a clases, se sentía solo en su pena, casi que oculto tras su chamarra y su portátil al frente, sus lentes bien puestos y su mirada baja, no estaba ni concentrado en lo que éste decía, cada vez que veía esa boca moverse o simplemente verlo hacer un gesto con las manos le recordaba sus pensamientos, esos sucios pensamientos con los que se tocó, no se arrepiente, pero la vergüenza es mayor.

Profesor jeon  - [Kooktae/Taekook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora