Profesor jeon - [Kooktae/Taekook]

009

[...]

El día no se prestaban para nada bueno.

Esa mañana su despertador no sonó, levantándose de golpe y sintiéndose mareado por el movimiento tan repentino, le echaría total culpa a la hora en que se durmió, no era su culpa, sus nervios los tenía tan a flote que era angustiante.

Sus manos ardían, en clara señal de las pequeñas cortadas que habían hecho sus propias uñas sobre la piel de su palma, mirándolas con pequeñas marcas de sangre seca, no tenía tiempo de ponerse a pensar en qué clase de ataque tuvo anoche porque de igual forma no lo recordaba.

A pasos rápidos se paró de su cama para dirigirse al baño, tomando una ducha de mínimo cinco minutos, y eso era mucho, colocándose lo primero que encontró, un pantalón tiro recto azul junto a una sudadera roja, sus zapatillas converse en sus pies y no tenía tiempo para siquiera arreglarse un poco, tomando sus pertenencias agarró las llaves para salir de la habitación y por consiguiente del departamento. 

El bus tardaba, viendo que decía que estaba atrasado por lo menos unos cinco minutos, no tenía tiempo para eso, metiendo su mano tomó un taxi dándole rápidamente la dirección junto a un buenos días.

Tomó su teléfono para enviar un mensaje.

Taehyung:

Voy llegando tarde, creo que ya lo notó.

¿Me dejará ingresar?  

Jungkook:

Taehyung..

Dios mio, en las que me colocas.

Cuando estés llegando me dices, pondré alguna excusa.

Taehyung:

¡Gracias!

Prometo compensárselo.

Estoy a tres minutos del campus.

Nuevamente, gracias.

Jungkook:

Ya, apúrate.

Su corazón acelerado delataba lo rápido que había corrido para llegar al salón. Tomó la perilla girándola, suspirando de alivio cuando efectivamente jeon no se encontraba en el salón, no sabía qué había dicho, pero le servía para no ganar tantas miradas despectivas cómo cuando el propio mayor era el que lo debajo ingresar.

Una vez sentado en su sitio junto a yoongi, se dejó caer en su silla soltando un gran suspiro, boqueando por aire.

—¿Estás bien?, ¿pasó algo?— Cuestionó el pelirubio a su lado, mirándolo con deje de preocupación.

—No es nada Yoon, solo me levanté tarde— tranquilizó dando una leve sonrisa.

—¿Seguro?, ¿todo bien anoche?, digo, tú solo llegas así de tarde cuando tienes tus ataques de madrugada, además— murmuró tomando una de las manos del menor en las suyas, abriendola para que mostrara la palma.  —Tus palmas lastimadas solo dicen una cosa—