Profesor jeon - [Kooktae/Taekook]

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Su frente sudada delataba el ser de sus peores sueños, el movimiento imparable de sus pies intentado buscar calma en si mismo, la tela de la ropa de cama arrugada entre sus dedos, los jadeos de dolor saliendo de su boca lastimada de tanto morderse los labios, ápices de sangre en ellos, ¿por qué lo atormentaban ahora sus sueños?, ¿Qué culpa tenía él de lo que pasó hace años?,  fue hace mas de diez años, debe seguir pagando por algo que no fue su culpa en lo absoluto, porque no lo fue..

No fue su culpa..

No lo fue..

Su respiración agitada delataba su recién despertar, con los ojos llorosos y rastros de lagrimas encima de sus mejillas, sus manos hechas puño y su boca totalmente lastimada, no podia seguir pasándole aquello, no todos los dias, no todas las noches desde hace diez años, no el mismo sueño, no la misma persona, porqué ella no podia dejar de atormentarlo.

Con mucha frustración frotó su rostro con ambas palmas, buscando despejar su vista de las lagrimas acumuladas, soltando sus labios en un suspiro nervioso e intranquilo se puso de pie camino al baño. mojando sus manos y pasándolas sin nada de cuidado por su rostro, mirandose en su reflejo, todo destrozado y triste, miserable, patetico...

su suspiro frustrado mientras se hacía un café, intentando despejar su mente en algo, y si tenía que colocarse a trabajar a esa hora lo haría, no queria tener que lidiar más con otro sueño. llevaba noches sin dormir bien, ya no recuerda cuando fue la ultima vez que durmió una noche completa, cuando fue la ultima noche que no se sintió así, ansioso y enojado. 

El portátil encendido en su escritorio y su mirada en algo más, estaba distraido, desenfocado, no podía seguir así, su falta de sueño estaba haciendo juego y el exceso de café en su sistema también, ¿qué carajos debería hacer?, estaba tan perdido. 

Pisadas las seis y cincuenta el estaba camino a su oficina, faltaba una hora aun para su clase, su telefono en mano y él cabizbajo, moria de sueño y no podía dormir nada en todo el dia, al llegar a su ofcina tendría que preparar la clase.

—Mierda— girándose en sus talones busco con su mirada al dueño de dicha palabra, viendo a una distancia prudente al castaño afincado en sus rodillas recogiendo el desastre de papeles que había armado.