Profesor jeon - [Kooktae/Taekook]

.012.

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Su mente estaba concentrada en la pantalla de su televisor, era sábado por la mañana, nueve de la mañana para ser exactos, y no había dormido nada, sus ojeras eran notables y su bajo estado de ánimo también, su pulso era nervioso y su respiración lenta, sus sentidos tan atentos a todo que lo aturdían, ni siquiera la imagen que dejaba ver la pantalla del aparato frente a él lograba sacarlo de esa sensación rara, extraña.

Con un suspiro pesado se paró para ir a su cocina, era abierta, una barra era lo que dividía la cocina de la sala, se veía lindo y era una forma de ahorrar espacio, o así lo tomaba él. Abriendo la nevera sacó el cereal y la leche, sus favoritos eran esos sabor a chocolate, se sirvió un poco en un pequeño plato hondo.

Sus pies se arrastraban contra el frío piso de mármol blanco, estaba aún con la ropa de ayer, ni capaz fue de cambiarse, sintiéndose mal cómo para realizar esa sencilla acción.

Su caminar fue interrumpido por unos toques en su puerta, era extraño, no creía que fuera yoongi porque este los fines de semana viajaba a su ciudad natal a visitar a su nana, entonces no sabía quién podría ser, nadie más tenía su dirección ni número de apartamento, así que dejando el plato en la mesa de centro se encaminó a la puerta.

Sus manos tomaron la perilla, antes de siquiera mirar por la pequeña mira en la puerta, quizá era el celador o un domicilio, aunque él no había hecho ninguno. Giró la perilla en un movimiento lento, intrigado y sintiéndose nervioso, aún mas, cuando la puerta estuvo abierta en su totalidad sus ojos se aguaron y esas voces atacaron su cabeza de nuevo, el sudor en sus manos se hizo insostenible. Ansiedad.

Siente que su corazón late a mil por hora, como si fuera a salírsele del pecho en cualquier momento. Su respiración se vuelve superficial, tomando pequeñas bocanadas de aire que no parecen llegar a sus pulmones. Su mente es un torbellino de pensamientos.

Se siente abrumado por una sensación de miedo y nerviosismo que no puede controlar, como si estuviera atrapado en una pesadilla de la que no puede despertar.

Sus manos tiemblan ligeramente, sus dedos se sienten débiles y temblorosos. Siente un nudo en el estómago, como si alguien estuviera apretando su abdomen con una mano invisible. Es un ataque. Su cuerpo sigue respondiendo como si estuviera en peligro.

No sabe cómo escapar. En un laberinto sin salida, con paredes que se cierran cada vez más cerca.

El tiempo parece detenerse en esa lucha de miradas, los segundos se sienten como horas. Se siente como si estuviera en un bucle sin fin, repitiendo los mismos pensamientos y sentimientos una y otra vez. Intenta encontrar una salida, una manera de escapar de ese momento, pero no la encuentra.

Finalmente, después de lo que parece una eternidad, Taehyung logra tomar el control de su respiración. Sus pulmones comienzan a llenarse de aire, el coraje inundando su cuerpo inerte con la puerta abierta, el hombre mayor frente a él viéndolo con una sonrisa arrogante, insoportable, tal cómo lo recordaba.

—¿Qué mierda haces aquí?, ¿Cómo conseguiste mi dirección?— Cuestionó el menor, con la mano en el pomo y cerrar un poco más la puerta, evitando que este viera de más.

—Hijo, para mi es un placer verte también. Y por lo otro, ni te preocupes, fue lo mas de sencillo— psicópata.

—¿Hijo?, ¿ahora si soy tu hijo, pedazo de mierda?— Estaba enojado, su nerviosismo mezclado con el coraje que la presencia contraria le estaba causando.

—Siempre lo has sido. ¿Puedo pasar?—

—Ni en tus putos sueños pones un pie en mi casa, ¿quién te crees para venir acá cómo si nada?, Cómo si no me hubieses tratado como una basura toda mi vida, ¿ahora sí te importa saber cómo estoy?, no sé cómo carajos encontraste mi dirección, pero algo sí te diré, no te quiero ver ni un pintura, pinta un bosque y piérdete, imbécil, por algo me fui, por algo no quise más nada relacionado a ti, por eso me largué— el nudo en su garganta con cada palabra se volvía más insoportable.