Capítulo 21| Amar conlleva alejarse.

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Vi como lanzaba el cigarrillo al suelo y lo aplastaba con su pie; lo hacía de la misma manera a como pisoteo mi dignidad, ¿Por qué lo estaba viendo aún?, ¿Por qué no solo me marchaba?, de verdad que no quería irme y dejar de verlo, me gustaría por primera vez no solo huir.

Paso saliva por mi garganta y con mucho valor avanzo hasta él, no iba a decir nada, solo necesitaba verlo de cerca aunque sea un par de segundos. Pero nuevamente quedo congelado en mi lugar cuando Noha aparece del lado contrario y se acerca a él, le quita la botella y la lanza lejos de su alcance.

—¡Por una mierda, deja de actuar de esa manera!—escucho como Noha le grita a Gustavo de una manera grosera.

—¡No, tu deja de actuar de esta manera como si te importara!—la voz de Gustavo sale rota, mi entrecejo se frunce. Niego con la cabeza mientras giro sobre mis talones, cuando doy un paso me detengo en seco al escuchar lo que agrega después—: ¡Todo esto es tú culpa!, me sobornaste de la manera más cruel, y al final obtuve el mismo resultado, él me desprecia, le doy asco... Lograste joderme, ¿Por qué no solo te vas?, haz algo bueno.

—¿Por qué supones que no he hecho algo bueno?—Noha pregunta con rudeza.

—Porque eres tú.

—Que irónico, ahora soy el villano.

Hay un largo silencio entre ambos. El duro frio que comienza a azotar perfora las líneas delgadas de mi rostro, una punzada también me atraviesa. Aquellas palabras me han caído como una patada en los riñones.

—No quiero verte, no puedo quererte, de verdad que no puedo hacerlo—Gustavo seguía diciendo, ahora parecía sollozar cada que se detenía a tomar aire—De verdad que no puedo... Por favor, solo vete.

—¿Enserio lo amas?—aquella pregunta me hace girar por completo, los veo demasiado cerca como aquella ultima vez, solo que ahora el escenario es diferente, pero Gustavo no responde nada—Yo te amo, pero a la vez te desprecio con toda mi alma, me hiciste mucho daño y nunca te lo voy a perdonar, esto te lo merecías.

—Lárgate, no quiero escucharte. —con enfado lo corre, apuntando con su dedo en mi dirección, al verme su boca se abre y su mano baja flojamente hasta quedar a su costado.

—Me voy, y no precisamente porque me corras—agrega Noha, con una sonrisa sarcástica—, sino porque también me he cansado de oírte.

Y sin agregar otra palabra camina hacia mi dirección, no hay sorpresa en verme. Solo me sonríe de esa manera irónica y me pasa por un lado, pero antes me susurra un:

—Escuchar conversaciones ajenas es de mala educación.

Gustavo baja su mirada, tengo una vaga necesidad de acercarme, pero solo me mantengo firme en el mismo sitio; queriendo solo avanzar a él. Ninguno de los dos tiene la intención de entablar una conversación, solo se siente esa intensidad, como si nada de lo que pasó entre ambos hubiera muerto.

Como si tan solo hubieran pasado minutos desde aquel evento.

Trago grueso y cuando retrocedo un paso Gustavo por fin habla.

—No te vayas, por favor—pide y escuchar su voz me produce escalofríos. —Quédate un rato más, aunque sea en la distancia... Déjame creer que eres real—y sin verlo venir se acerca, hasta el punto de que nuevamente puedo detallar cada imperfección de su rostro bajo la luz de la luna.

—Fui real, pero tú lo solo lo convertiste en algo ficticio—murmuro con la voz débil y decirle aquello de pronto me hace humedecer los ojos y no puedo soportarlo, verlo me hace regresar en el tiempo y es tan horrible que solo quiero huir y seguir fingiendo que me encuentro bien... pero no puedo seguir refugiándome en míseros recuerdos—Nos convertiste en ficción, ¿Cómo te atreves a pedirme que me quede cuando me hiciste sentir como un juguete al que solo decidiste lanzar a la basura?

Entre el verano y el invierno©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora