Capítulo 12| La otra cara de la moneda.

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"Me engañaste desde el principio, incluso cuando me permitiste comenzar amarte".

-Leaving tonight.
(The Neighbourhood).

Gustavo.

Podía sentir las manos temblar y el corazón palpitarme de sobremanera. No espero a que Nika se marche primero a como supongo que está pensando hacerlo, es tan predecible que la expresión de sorpresa en su rostro me da risa, solo me voy y no le permito que él lo haga primero. En la sala Tina regaña a Noha con mucho enfado. Ellos me ven pero no digo nada y solo voy a mi habitación, me encierro de un portazo mientras camino por todo el cuadro hasta que escucho la puerta abrirse.

No hace falta girarme para poder saber quien ha entrado, lo escucho tirarse en la cama. Ahora mismo solo tengo ganas de matarlo. Es un idiota por haberle dicho todo eso a Nika, se supone que él no tiene que saber todo de mi, solo quiero que las cosas salgan bien por primera vez.

Vamos, solo hay que inhalar y exhalar, no hay que perder la cabeza.

¿Por qué me resulta tan difícil centrarme cuando se trata de él?

—No tenías ningún derecho en decirle tanta mierda—le suelto con reproche a Noha, quien me ha seguido dejando con la palabra en la boca a su hermana—¿Por qué lo hiciste?

Noha se levanta de la cama y se posiciona frente a mí, sus minuciosos ojos verdes me ven fijamente y sonríe como si no hubiera jodido en cuestión de segundos todo lo que me costó lograr en meses.

—Tengo motivos—es lo único que dice.

Tengo ganas de reírme pero me contengo.

—Mencióname uno.

No duda en contestar.

—Tú.

Una pequeña sonrisa crece de a poco en mis labios, es una sonrisa de satisfacción, adoro este tipo de momentos en donde fácilmente tengo el control de la situación. Doy un paso hacia él y acerco mi rostro al suyo, olfateo su cabello y me siento perder en su aroma.

—¿Estas celoso?—le pregunto en un susurro en el oído mientras le acaricio su brazo, acerco mi boca muy cerca de la suya para poder decirle aquel apodo que lo hace temblar tan jodidamente excitante:—Ojos bonitos.

Le escucho soltar un jadeo, uno que me pone. Aun así trata de mantener la cordura.

—¿Cuánto tiempo te ha llevado voltearlo?, ¿días?, ¿semanas?, ¿horas?—suelta mientras se separa de mi cuerpo, alejando su aroma de mí—¿Lo mismo que te llevó hacerlo conmigo?, ¿con los otros?

—No seas iluso, con Nicolás es diferente.

—Oh si, tan diferente que hasta un puto diario le has escrito a como lo has hecho conmigo, tan diferente que lo llamas por un maldito apodo, tan diferente que has estudiado su personalidad para saber por dónde atacar—lo veo tomar el cuaderno negro que se supone que había tirado a la basura hace días y mostrarme un diario rojo que tenia oculto entre mis cajones, mi mirada se desvía a ese lugar y noto que ha tirado los demás cuadernos al suelo con las paginas arrancadas—Dime donde se encuentra la diferencia, ¿en el cabello?, ¿el tono de piel?, ¿Qué lo hace tan especial?, haces lo mismo con todos y ese chaval no es la excepción.

Me lanza el cuaderno negro que ha traído Nick ayer, este colisiona en mi pecho. Luego procede en arrancar una por una las páginas del diario rojo, no le interrumpo y permito que se desahogue. No pienso seguirle la corriente en esta tonta discusión, qué más da.

—La diferencia es que él si me gusta—le digo con total calma mientras me siento sobre el borde de la cama y lo contemplo de pies a cabeza, Noha es jodidamente lindo—No quiero que te le vuelvas a acercar y mucho menos que le digas cosas, Nicolás es especial.

Entre el verano y el invierno©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora