En el jardín secreto de mi ser, donde el silencio susurra dulces melodías, brotan tus recuerdos como flores de amanecer, pintando mis días con tiernas fantasías.Eres la brisa suave en mi mañana, el sol que calienta mi fría piel, la estrella que ilumina mi noche temprana, la luz que guía mi alma fiel.Tus ojos, espejos de un amor sincero, reflejan el infinito en su brillo sereno, y en tu sonrisa encuentro un cielo entero, donde el tiempo se detiene en un dulce estreno.Tu voz es la melodía que embriaga mis sentidos, un susurro de paz en mis momentos perdidos, cada palabra tuya, un verso divino, que dibuja en mi alma un camino cristalino.Tus caricias, como el agua en el desierto, reviven cada rincón de mi ser desierto, y en tus brazos encuentro un hogar cierto, donde mis miedos se desvanecen, cubiertos.El amor que compartimos es un fuego sagrado, una llama que arde sin ser nunca apagado, es la fuerza que mueve nuestro universo, un lazo indestructible, un eterno verso.En este amor no hay fronteras ni cadenas, solo un río de emociones que nunca se apaciguan, es un canto al viento, un grito en la arena, un refugio donde nuestras almas se encuentran.Y así, en la eternidad de nuestro abrazo, nos fundimos en un único trazo, unidos por un amor puro y verdadero, que trasciende el tiempo y el espacio entero.Porque en ti he encontrado mi destino, el sentido de cada paso en el camino, y en nuestro amor, como un niño, me pierdo y me encuentro divino.
