En la quietud de la noche serena, donde el susurro del viento apenas roza, mi alma busca en la sombra la escena de aquel amor que el tiempo destroza.Recuerdo tus ojos, estrellas perdidas, que iluminaban mis días de invierno, tus manos, tan suaves, tan conocidas, eran refugio en mi mundo interno.La risa compartida en tardes doradas, el eco lejano de promesas hechas, los abrazos largos, las miradas que decían más que mil palabras estrechas.El aroma de tu piel, fragancia de flores, me envuelve aún en sueños añorados, y en el silencio, resuenan clamores de un amor que creí eterno, olvidado.Las calles que juntos caminamos, testigos mudos de nuestra historia, ahora vacías, sin ti, y lloramos la ausencia que dejó tu memoria.Cada rincón guarda tu esencia, un suspiro, un gesto, un simple adiós, la vida sigue, mas la ausencia es un eco constante de lo que fuimos dos.Las cartas viejas, tesoros guardados, hablan de un tiempo que ya no vuelve, recuerdos que ahora, como hilos dorados, tejen una nostalgia que a mi corazón envuelve.Quisiera volver a aquellos días, donde el amor era todo y nada faltaba, pero la realidad, cruel y fría, me recuerda que sólo el tiempo quedaba.Y aunque el dolor de la ausencia me asola, en cada lágrima, en cada sonrisa, vives tú, amor, en esta sola vida que, sin ti, a veces agoniza.La nostalgia del amor es un refugio, un rincón en mi ser donde te guardo, y aunque el tiempo nos separó en su influjo, en mi alma, tu amor siempre ardo.