15. Jaque Mate

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—¡¡Sáquenme esto de la cabeza, HIJOS DE PUTA!! —gritaba Dio Brando, quién estaba inmovilizado y con una bolsa en la cabeza. Cuando se la sacaron, descubrió su torso desnudo y con una cruz roja dibujada en su abdomen.

Estaba en un cuarto oscuro, con una tenue luz blanca alumbrándolo por encima. Frente suyo había una persona de cabellos verdes, una sonrisa macabra y un traje de cirujano.

—Te vas a sentir muy bien cuando termine —pronunció mientras se ponía una mascarilla y sacaba un bisturí. 

Intentó zafarse, pero no podía. Su stand quería salir, pero no salía. Sus manos y pies, apretujadas y moradas en los extremos de la camilla en la que estaba, le hacía dar cuenta de lo inmovilizado que estaba.

—¿¡Qué carajos me hiciste, hijo de puta!? ¡¡Desatame porque te mato!! —gritó nuevamente, sólo para que alguien por detrás le pusiera una máscara la cuál desprendió una fuerte dosis de anestesia, que durmió al vampiro en segundos.

Definitivamente algo andaba mal.

Muchas horas antes...

El juicio de Sports Maximum estaba por comenzar, y aunque Gloria Costello no se había presentado, el "Duende" ya estaba haciendo uso de sus artimañas. Había practicado todo lo que iba a decir y cómo iba a decirlo, por lo que no iba a fallar. El asesinado en cuestión no tenía familiares que lo reconocieran ni nada por el estilo, así que este juicio sería uno rápido para decidir la sentencia de Maxx. Nada más.

—Si la testigo Costello no aparece, tendremos que aplazar el juicio —dijo el juez a ambos abogados presentes, quienes estuvieron de acuerdo.

No fue entonces que por la puerta entró la hermana menor de dicha testigo, Ermes Costello, quién entre lágrimas denotaba una cara de furia y odio.

—¡Asesino! ¡¡HIJO DE PUTA!! —gritó mientras se trataba de acercar hacia Maxx para atacarlo, pero los guardias la interceptaron—. ¡¡MATASTE A MI HERMANA!!

—¡Orden, orden! ¿¡Qué está sucediendo aquí!? —exclamó el juez golpeando su martillo.

—Su señoría, pido el derecho de Ermes Costello a declarar lo sucedido —dijo el abogado de Gloria.

—Su señoría, protesto —dijo el Duende—. La testigo se encuentra en un claro estado de shock, no puede declarar. Además, el juicio es por-

—¡Su señoría, Ermes TIENE que declarar pues esta nueva información puede ser crucial para el caso! —exclamó el abogado de Gloria.

El juez golpeó su martillo para pedir por orden.

—¡Orden, orden en la sala! —exclamó—. Vamos a ir a una pausa de treinta minutos. Si para entonces la nueva testigo continúa en este estado de shock, tendremos que posponer el juicio para otro día.

—Estoy de acuerdo —dijo el abogado de Gloria.

—De acuerdo, su señoría —dijo el Duende, resignado a aceptar.

Fue entonces que Ermes fue trasladada a una sala de interrogación junto a su abogado, dejando a el Duende y a Maxx en la sala. Ahí, este último comenzó a hablar con él.

—Mira, no sé que mierda pasó, pero yo no hice nada. Lo juro. Estuve aprisionado desde que me dejé meter en cana —le habló en un tono pasivo-agresivo—. Más te vale sacarme de esta, porque sino te corto tus orejas y te las doy de comer.

El Duende no dijo nada, simplemente se limitó a ordenar sus papeles.

—¿¡Me estás escuchando!?

—Mis orejas son lo suficientemente grandes para hacerlo, sí. Si te escuché, no te preocupes. Vamos a ver que tienen para decir.

El Supermercado Bizarro de Dio Brando.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora