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Wonwoo miró el ramo de rosas rojas, que adornaba su silla escolar, no sabía cómo debía sentirse, si molesto por la insistencia del menor o feliz por lo mismo. Su estómago sentía una revolución. Nunca había tenido un pretendiente o algo por el estilo.

Tomó el ramo y lo olfateó abrazándolo a su cuerpo, no tenía un olor suave ni romántico como lo hacían ver en las películas, aun así, su cara ardía de vergüenza. Se veía justo como un colegial enamorado.

Debería sentirse avergonzado de sí mismo.

—Hyung.

Escuchó la voz de Mingyu detrás de él y volteo a verlo. El menor pasó de tener un rostro feliz y emocionado a uno triste, dejo soltado el ramo que traía en sus manos y los girasoles golpearon el suelo. Wonwoo miró desconcertado, el ramo de rosas en sus brazos y el ramo de girasoles en el suelo.

—Lo siento hyung —se disculpó el más joven—, no era mi intención molestarte, debiste decirme que ya estabas saliendo con alguien.

—Yo, pero... Mingyu no es... —se quedó callado cuando miro al contrario empezar a lagrimear.

Verlo de esa forma le hacía sentir mal, Kim era un chico muy bueno, amable y siempre estaba sonriendo. El no debía estar triste, mucho menos por un mal entendido.

—Una vez más perdón por molestar —le dijo limpiándose la cara ante la atenta mirada de Wonwoo.

—No es lo que parece — comenzó a decir, pero Mingyu se estaba retirando sin dejarlo explicar y por su parte Wonwoo aún no entendía lo que acababa de pasar, ni de quien eran esas rosas.

Miró el ramo en sus brazos, las rosas eran muy bonitas pero no las quería, no sino eran de Mingyu.

Primerizos - MinwonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora