Capítulo 18

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Cuando llegamos, la discoteca estaba abarrotada y el ambiente era electrizante. Las chicas nos quedamos abajo para bailar en la pista de baile, íbamos darlo todo, riendo y disfrutando del momento mientras que los chicos decidieron quedarse en la zona vip.

Todo iba bien hasta que mientras que estaba bailando con las chicas una de mis canciones favoritas, sentí como alguien se me acercaba mucho, no le di importancia hasta que el contacto se hizo más cercano. Me di la vuelta para afrontar a la persona y me topé con un chico rubio que parecía ser uno o dos años mayor que yo.

— Hola guapa, ¿te gustaría bailar? — me susurró al oido mientras se acercaba a mí —

De repente, sentí la presencia de Héctor cerca de mí. Lo vi acercarse con una expresión que no dejaba lugar a dudas: estaba molesto. Lo conocía bien, y en sus ojos leía una mezcla de frustración y determinación. A medida que el chico se dio cuenta de que Héctor estaba acercándose, su actitud cambió. La confianza que había mostrado se desvaneció, y sus movimientos se hicieron más vacilantes.

— Oye, ¿puedo ayudarte en algo? — preguntó Héctor mientras apoyaba sus brazos en mis caderas, observando al chico con cara de pocos amigos —

El chico, con una actitud desafiante, simplemente sonrió y se encogió de hombros. No parecía tomar en serio la presencia de mi novio, noté a Héctor apretar el agarre en mis caderas con más fuerza que antes, sabía que estaba a punto de perder el control por eso me giré hacia él para poner mis brazos al rededor de su cuello y pegar nuestros labios.

— Amor, déjalo — dije, acariciando su nuca — No merece la pena

— ¿Te he dicho ya cómo me pones con ese vestido? — susurró, sobre mis labios apretando mi trasero —

Reí por la facilidad que tuvo de esquivar el tema que había hecho que acabase aquí conmigo. Me separé de él y me di la vuelta encontrándome con el mismo chico, no se había ido de ahí aún. Sentí como el chico le daba una repasada a mi cuerpo y sabía que Héctor lo había notado.

— Encantado nena, me llamo Ismael — dijo mientras sonreía y besaba mi mano —

Aparté la mano rápido, dándome la vuelta con la intención de sacar a Héctor de ahí, lo miré y vi como apretaba su mandíbula y fulminaba con la mirada al otro chico.

— Héctor, vámonos, es un pringado — dije intentando que me mirase pero su mirada estaba puesta en el chico —

Traté de moverlo pero su musculatura y altura me lo impidieron completamente

— ¡¿Nena?! — preguntó incrédulo mirando al chico — ¿Tú quién coño te crees que eres para llamar a mi novia así?

— Pues no lo sé, te aseguro que con mi presencia ya he causado más que tú en ella — dijo desafiando a Héctor —

Sentía que iba a reventar de la rabia pero preferí evitar los comentarios porque no quería que esto fuera a más y más cuando sé que Héctor es un famoso futbolista conocido en toda Barcelona y podría crearse una mala imagen ya que cualquiera lo puede reconocer y grabar las cosas sin contexto.

— Héctor — advertí intentando que me mirase —

Vi como no pudo contenerse y me apartó de delante de él sin hacerme daño, intenté evitarlo pero debido a su fuerza y altura fue imposible, se acercó al chico dejándome detrás suya. Héctor se plantó frente a él, lo miró con una frialdad que no dejaba lugar a malentendidos. Se inclinó hacia él, con una postura que indicaba claramente que estaba allí para poner fin a la situación. El chico, visiblemente incómodo, intentó evitar el enfrentamiento, pero Héctor no estaba dispuesto a dar un paso atrás. Sus palabras eran firmes y claras, tratando de poner en claro que su presencia no era bienvenida.

𝙵𝙾𝚁𝙴𝚅𝙴𝚁 𝚈𝙾𝚄𝙽𝙶 || 𝐇𝐞́𝐜𝐭𝐨𝐫 𝐅𝐨𝐫𝐭 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora