Los Hermanos Cipher (Billdipp) (Philldipp) (Dippwill)

Infierno (Billdipp)

No hay exactamente un porque para esta parte, le tocó sufrir al Willdipp... Es momento que el Billdipp sufra (Además de que Ando depre y ustedes sufrirán conmigo) Si no se sienten muy bien por favor no vayan a leer esto.

Frío....

¿Que era esa sensación que se clavaba en su pecho? No entendía, se supone que el no debía sentir, estaba muerto, hace décadas estaba muerto, su espíritu estaba ardiendo en el infierno....

Odio....

¿Porque?, ¿Porque los odiaba? ¿Es que alguien podía condenarse por amar tanto a alguien? Llevaba tiempo pensando en eso, había perdido la cuenta de hace cuánto tiempo fue, una oportunidad..... Era todo lo que pedía....

Sus ojos se abrieron, sus ojos café observaron dónde estaba, si.... Su antiguo hogar.... Aquel lugar que era inundado de risas de el y su hermana gemela.... ¿Porque estaba ahí?.... Caminó con calma viendo el lugar, estaba tan cambiado, todo era distinto, no reconocía nada ahí salvo a el.... Un piano.

Sus pies se dirigieron a ese piano, un hermoso piano elegante, sus dedos acariciaron con calma sus teclas sin hacer ruido, podía, ¿Realmente podía tocarlo? Uno de sus dedos se posó en una tecla haciendo ruido, sonrió suavemente al ver que era lo único que no había cambiado, sin más se sentó en el taburete comenzando a tocar una suave melodía mientras cerraba los ojos concentrado en aquella hermosa melodía, sus dedos se movían con elegancia y suavidad como si estuviera acariciando las teclas, su sonrisa crecía mientras su pecho se llenaba de aquel sentimiento....

Amor.....

La suave melodía llenaba la sala principal, eran unas dulces notas que podían enamorar a cualquiera, suspiro al terminar de tocar la canción, escuchando algunos pasos tras el, se quedó quieto, estaba muerto, nadie podía verlo, ¿Verdad? Solo era un espectro.

—¿Tu tocabas esa canción tan bonita?....— Un dulce niño rubio de piel palida y hermosa sonrisa lo observaba, abrazando un conejo de peluche, un niño de cerca de 9 años.

—¿P-Puedes verme?....— Sus ojos se abrieron con sorpresa mientras miraba al contrario, el menor asentía con calma.

—Mi nombre es Bill, pero mis papás me llaman Billy, ¿Y tú quien eres? ¿Que haces aquí?. —

—Mi.... Mi nombre es Mason.... Pero.... Llámame Dipper....— Le da una suave sonrisa al menor, el contrario se acerca y sube a su lado al taburete.

—Era una canción muy bonita...¿Como entraste aquí?. —

—Oh yo.... Yo solía vivir aquí pequeño....— Le da una suave sonrisa

—¿Enserio? Eso es genial, ¿Entonces conoces el escondite de los dulces?. —

El castaño ríe suavemente para verlo, acariciando con calma su cabeza, ¿Porque? ¿Porque podía tocarlo?.

—No pequeño.... No conozco el escondite de los dulces...—

—No le digas a mamá y papá, Pero están ocultos entre mis peluches. — Ríe suavemente y lo sigue viendo. —¿Porque te miras tan triste?.... ¿Te duele el corazón?....— Pregunta con inocencia en su voz.

—Yo.... Estoy bien pequeño.... — Le da una suave sonrisa.

—¡Yo! No soy un pequeño, mis papás dicen que soy un niño grande, ¿Porque no me cuentas que te pasa?. —