Los Hermanos Cipher (Billdipp) (Philldipp) (Dippwill)

¿Qué Culpa Tiene Cipher?

Libros, comida tirada, las bancas estaban tiradas por todos lados, el rubio hermano menor de los Cipher estaba mirando el desastre en su salón de clase, ¿Qué demonios había sucedido? No tenía ni idea pero de algo estaba seguro, lo iban a culpar, justamente ese día iría un grupo de alumnos universitarios a darles una clase.

— Mejor aquí corrió que aquí murió. — Susurró mirando a ambos lados, seguro de que nadie lo veía se giró dispuesto a irse de allí.

— Si si claro, estoy seguro de que nuestras instalaciones serán de su agrado. — La áspera voz de su profesor lo sacó de sus pensamientos ¿No se suponía que estaban en receso?.

— Descuide, tenemos el material necesario para impartir la clase. — Esa voz....hay Dios no podía ser.

Silencio, todos entraron a clase mirando al rubio con una rata muerta en la mano derecha, solamente atinó a sonreír nervioso y a agitar su mano derecha saludando.

— Buenas tardes terrícolas. — Saludó para arrojar la rata por la ventana e intentar escapar pero los brazos del profesor lo sujetaron con firmeza impidiendo su salida.

— ¿Qué demonios pasó aquí Cipher?. — Cierto chico castaño de sudadera azul entro al lugar mirando todo mientras acomodaba sus gafas observando todo.

— Y-yo bueno...Pedrito y Juanita...No No digo una manada de Lobos, digo digo. — Comenzaba a juguetear nervioso con sus dedos.

— A la dirección Cipher, ahora mismo, te vas a encargar de este desorden. —

— ¡Pero yo no fui!. — Intentó defenderse en vano mientras miraba a su profesor.

— Profesor. — El castaño que había estado revisando el aula se digno a hablar mientras se ponía de pie. — El dice la verdad, el no ha sido. — Sentenció con los ojos cerrados.

— ¿Así? Se ve que no conoce a este vándalo señor Pines. —

— Lo hago, es el chico de la cafetería, el sirve mi café caliente cada día. —

— Y no olvides la crema extra. — El rubio sonrió ladino mirando al más bajo.

Su mirada se desvió y fulminando al rubio, perfectamente entendió la doble intención de aquellas palabras.

— Eres un idiota, el no fue, no pudo ser trabajo de una persona, además vi a algunos de sus alumnos en los baños lavando algunos instrumentos y sus manos, el rubio esta limpio. —

Dudoso el profesor asintió y salió a caminar mientras buscaba a los alumnos dejando al castaño y al rubio a solas.

— ¿Porque me defendiste?. — Cuestionó dudoso el rubio.

— Aunque seas un idiota y pervertido todos necesitan justicia y yo odio las mentiras, si quieres pagarme....puedes hacerlo con leche extra. — Sin más salió dejando al rubio sonrojado.

— C-creo que debo ir al baño...— Susurró tragando saliva, la voz del castaño había salido tan provocativa que dudo fuera de el.

Las apariencias engañan, la ayuda que le brindó fue importante para el después de todo ¿Qué Culpa tenía Cipher?.