Mi Nueva Realidad | Danganronpa 2

017.┊Amigos

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— Yo creo que fue un ataque de ansiedad, estamos en una isla con asesinatos, es comprensible. — Escuche una voz lejana.

— No, es otra cosa. — Le respondio otra voz. — Hay muchas cosas que todavía no sabes Hinata.

— ¿Cosas como qué? Ya todos saben que Nozomi tiene una especie de conexión con la mente maestra.

— Nunca hablo de eso conmigo... — Esta vez fue otra voz.

— Tranquilo, cuando despierte le pediremos explicaciones.

Abrí mis ojos lentamente, haciendo una mueca que llamo la atención de los presentes.

— Nozomi. — Menciono Nagito, acercandose.

Me intente sentar, pero algo cayo de mi cara.

— No te levantes, tranquila. — hice caso omiso.

— ¿Una mascarilla de tela? — Pregunté.

— Es lo único que encontré que era frio para pasar tu irritación. — Menciono Nanami.

Solté una risa. — Esta bien, gracias.

Ya sentada me saque la mascarilla y la deje a un lado.

— ¿Tengo la cara muy roja? — Pregunté refiriendome al por qué todos me miraban.

— Un poco... bastante. — Contesto Hinata.

— ¿Qué hora es? — Pregunté con la voz ronca.

— Tarde, en una hora es el concierto de Ibuki. — Dijo el sin talento.

— Oh, ya veo.

— ¿Nos vas a explicar que paso? ¿Verdad? — Preguntó la gamer.

— ¿De qué?

— ¿Eres tonta?

— ¡Oye! — Movi mi mano en un intento de golpear a Hinata.

— ¿Junko?

La repentina pregunta de Nanami me hizo parar mi mano en el aire.

— ¿La conoces? — Le pregunté sin despegar mis ojos de ella.

— No, murmurabas su nombre cuando estabas durmiendo.

— Oh, ya veo... — Baje la mirada.

¿Yo murmurar su nombre? ¿Por qué?

— Cuentanos de ella. — Hinata alzo la voz. — Siento que es importante, algo que debería saber.

— Ella es... una estudiante difinitiva. — Empecé a contar. — Era conocida como "La modelo definitiva", pero tenía más talent-

— ¡Ya contaste mucho! — Monokuma llego de golpe.

— ¿Monokuma? — Chiaki se sorprendió. — ¿Qué haces aquí?

— ¡Nozomi! ¡Si no te borre la memoria como ellos no es para que andes diciendo la información por allí! — Me mostro el puño con sus garras.

— ¿No me borraste la memoria? — Pregunté.

— ¡No es de tu inconveniencia!

— ¡Si lo es! ¡Son mis recuerdos!

— Lo que digas, lo que digas. — Se dio media vuelta y fue hacia la puerta. — Te estoy vigilando Nozomi. — Salio de la cabaña sin antes darme una mirada de amenaza.