018.┊Desesperatitis

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— ¡Buenoss días estudiantess! Hoy les espera un interesantes día en la excursión escolar, ¡Les recomiendo levantarse pronto!

Como ya era costumbre, me desperté con la ruidosa voz de Monokuma atraves del Monitor.

Me levanté con pesar, me bañe y me vestí.

Hoy era un día soleado, no habia rastro de una nube alguna en el cielo, el cual estaba más azul de lo normal.

— Nozomi, buenos días. — Me saludo amablemente Pekoyama.

— Buenos días Pekopeko. — Le di una sonrisa.

Vi su cara sorprendida por el apodo que use. — Vamos. — Ambas empezamos a caminar hacia el restaurante.

— ¡Nidaii! — A lo lejos escuchamos un llanto.

— ¿Esa es Akane? — Pregunto Pekoyama.

— Supongo. Tal vez siga afectada por lo de Nidai.

Subimos las escaleras y lo vimos.

Hinata intenta consolar a Akane, sin mucho exito.

— ¡Pekoyama, Nozomi! ¡No sé que hacer, ayudenme porfavor! — Se acerco a nosotras casi rogando por ayuda.

— ¿Qué es todo este escandolo? — Llego Kuzuryu por detrás.

— Akane esta deprimida. — Le explique.

— Oh, ¿Por lo de Nidai?

— Supongo que sí.

— ¡Nidaii! — Akane siguio llorando.

— No es por molestar, pero callenla. — Dijo el mini mafioso con odio.

— ¡De acuerdo señor!

Volteamos todos y observamos a Ibuki, la cual intentaba hacer feliz a Akane.

— ¿Mioda? - Preguntó Hinata.

— ¡Sí señor! — De acerco a él.

— ¡¿Mioda?! — Preguntó Hinata, de nuevo.

— ¡A-ayuda por favor! — Llego corriendo Mikan.

— ¿Tsumiki? — Pregunté.

— ¡Mioda y Komaeda se escaparon! — Empezo a explicar. — ¡E-estan enfermos!

— ¿Komaeda también? — Preguntó Pekoyama.

— ¿Enfermos? — Me acerque a Akane y toque su frente. — ¡Akane tiene la fiebre altísima! — Le avise a la enfermera.

— ¡Ella también! ¡Rápido, hay que llevarlos al hospital!

— ¿Y Komaeda? — Preguntó Kuzuryu.

— E-estaba conmigo, me despiste un segundo y luego desaparecio.

— Lleven a las dos al hospital, ire a buscar a Komaeda. — Le avise.

— ¡Yo voy contigo! — Aviso Hinata para luego bajar rápidamente las escaleras atrás mío.

— Debe de estar en su cabaña, vamos.

Ambos corrimos a su cabaña, al llegar la puerta se encontraba abierta.

— ¡Nagito! — Grite al verlo tirado en el piso.

Pensé en lo peor, en que Nagito habia muerto.

— Respira, hay que llevarlo al hospital. — Hinata actuo más rápido que yo, tomandolo en su espalda y empezar a correr a la tercera isla.

Mi Nueva Realidad | Danganronpa 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora