Mi Nueva Realidad | Danganronpa 2

019.┊ En llamas.

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Desperté, lamentablemente.

Abrí lentamente mis ojos lentamente y vi que aún no salía el sol, era muy temprano.

Han pasado unos días desde que Akane, Ibuki y Nagito enfermaron, ya estan todos estables y mejoraron notablemente.

Auque lo más molesto es que Nagito repite constantemente que no me quiere ver nunca en la vida... al recordar eso, me dan ganas de llorar.

En estos días no he podido dormir bien, tengo diversas pesadillas acosandome constantemente en mis sueños, así que últimamente mi rutina es así; me despierto antes de que salga el sol, analizo mi sueño, me levanto, me baño, desayuno, voy a hospital y me quedo allí hasta la noche. Nada divertido.

No he visto a nadie del Motel en estos días, se tomaron demasiado enserio lo de "cuarentena".

Al igual que todos los días, me bañe, me vestí y fui hacia el restaurante a comer desayuno.

A estas horas normalmente, no hay mucho de comer ya que Monokuma sigue durmiendo. Por lo que cocino mi desayuno, bueno "Cocinar" no tanto ya que solo me hacía una pan con queso y un café.

— Asqueroso, como siempre. — Dije tomando el café lo más rápido posible para no sentir el sabor.

¿Para qué tomo el café si no me gusta? Para no dormirme en el hospital.

— No sé preparar un buen café. — Me dije a mi misma.

— Tú no sabes preparar un buen café Nozi, aprende y luego hablas.

...

Tuve un Déjà Vu...

Otro más al montón...

Terminé de desayunar y camine en dirección a la tercera isla junto al paisaje del amanecer.

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Entre al hospital, la luz del sol entraba por las ventanas reflejandose en el suelo, iluminando la recepción.

Me acerque la pasillo y camine por las escalera a ver si Mika se encontraba despierta.

— ¿Mikan? — Avise mi llegada.

— ¿Nozomi? Buenos días.

Entre a la habitación y vi a Mikan con las mejillas coloradas y ya vestía su uniforme de enfermera.

— ¿Te desperté? — Le pregunté.

— No, tranquila. — Me dio una sonrisa.

Nos hundimos en un silencio incómodo, Mikan no parecía tener intenciones de hablar conmigo.

— ¿Quieres ir a ver a Komaeda? — La enfermera rompio el silencio.

— ¿Tu crees que quiera verme? Últimamente solo dice cosas malas de mí.

— Vayamos, si te molesta te vas. No pierdes nada. — Se acerco a la puerta con intenciones de salir.

— Vayamos entonces.

Ambas bajamos hasta estar al frente de la habitación de Nagito.