La Fuerza del Destino

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Francisco estaba entrando ya al 4 mes.

Las últimas semanas habían sido emocionales, felices y por supuesto llenas de amor y cariños.

Siempre se había considerado precioso, no sólo por el sino por literalmente todo el mundo.

Pero ahora con el embarazo se sentía mil veces más lindo, más brillante, más lleno de vida.

Y por supuesto que lo estaba, una vida crecía dentro de él y eso lo llenaba de orgullo.

Otro muy orgulloso y feliz era Esteban, por supuesto.

Siempre buscaba estar al tanto de él en sus propios límites (su madre).

A veces mandaba gente para irlo a checar, le mandaba flores o se las llevaba personalmente, lo llevaba a las citas médicas, a los lugares donde el deseara y le daba una cuantiosa suma de dinero, nada más porque si.

Pero había algo que odiaba del embarazo, lo tenía más sensible e irritable.

Justo como ahora.

Es que tú también Santi, ¿cómo le vas a ofrecer una mimosa SIN ALCOHOL? — preguntó un muy harto Rocco. —

Habían salido a un brunch de amigos, y como en todo buen brunch, las mimosas no podrían faltar.

Pero obviamente Francisco no podía tomar alcohol, así que Santiago en vez de ser una persona normal y pedir la carta de mocktails, le dijo que pidiera mimosa sin alcohol.

Eso lo hace más saludable tarados, es literal jugo de naranja. — dijo Santiago tratando de calmar el ambiente. —

Solo logro que Francisco llorara más.

Fran, todavía puedes pedir algún mocktail, me encantan los que preparan aquí. — lo calmo Fernando. —

Si había algo que Francisco odiaba con su alma eran los mocktails, a los que consideraba bebidas para gente débil y poco conocedora de buenos cócteles.

¿Y yo para que quiero un Shirley Temple? Ni que fuera un bebé. — lloro aún más Francisco. —

No pues no, bebé el que está creciendo en ti. — Matías trató de suavizar el ambiente con un comentario lleno de ternura, que hiciera olvidar a Francisco de su incapacidad para tomar alcohol por los próximos 11 meses hasta que naciera y dejara de darle pecho. —

Menos de un año sin tomar alcohol, si aguantas. — dijo Juani después de hacer cuentas. —

¿Y eso por qué? — Francisco preguntó confundido ante el comentario de su amigo. —

5 meses para que nazca Annya, y los 6 meses que dura la lactancia materna, obvio. — Andy le dijo con obviedad, como si fuera un profesional. —

Si, como no.

No había pensado en la lactancia, mi mamá me dio formula siempre. — comentó Francisco bastante pensativo. —

Bueno, a todos aquí nos dieron fórmula porque según se veía mal dar pecho en nuestra clase social, pero, es tu decisión, después de todo los tiempos ya han cambiado. — trató de animarlo Rocco. —

A veces nos olvidamos que hablamos con el alcohólico número uno, pero tiene razón Rocco, tú vas a decidir si darle leche materna o no, ya sabes por lo del vínculo emocional y todo eso. — le dijo Santiago. —

Eso dejaría a Francisco pensando por el resto de la mañana.

🪩

Estaba con sus mamás terminando de comer cuando decidió sacar el tema.

Oro de Ley /        Esteban Kukurizcka x Francisco Romero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora