Oro de Ley / Esteban Kukurizcka x Francisco Romero

te conozco de otra vida; a ti

la maternidad era como un regalo, un regalo que a pesar de que puedan haber altibajos o desafíos, siempre trae cosas buenas consigo.

annya era un regalo para francisco, era la bebé más bonita de todas y a la que sabía, sería capaz de dar su vida por ella.

no importaban las desveladas o que annya no se estuviera tranquila ni por un minuto, todo eso valía la pena y lo atesoraba en su corazón como nada en el mundo.

francisco tenía la fortuna de tener a su familia y a sus amigos que siempre estarían para el y para ella, sus madres, su abuela, su suegra y todos los que los amaban.

por supuesto, a esteban también.

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— te voy a llevar a los mariscos mi rey, ya ves que me habías dicho que se te antojaban. — le dijo Esteban mientras lo ayudaba a subirse al asiento del copiloto. —

— al fin, pensé que nunca podría volver a comerlos. — y es que cuando francisco estaba esperando a annya, la ginecóloga le dijo que cosas no podía comer, entre ellas los mariscos que tanto le gustaban. —

esteban le cerró la puerta y francisco acomodó mejor a la bebé en sus brazos, ella como si nada, dormía profundamente después de comer.

tan en paz.

— bueno pues te voy a llevar al pirata, ya nos hace falta un tiempo solos a los 3, ¿verdad mi amor? — le pregunto a la bebé como si esta le fuera a contestar. —

— annya va a amar los mariscos cuando sea grande, de eso estoy muy seguro. — dijo francisco mientras acariciaba la cabeza de la bebé. —

mientras francisco ponía su playlist, la bebé dormía y esteban hablaba sobre aguacates, right down the line sonaba.

al llegar el alfa se estacionó y ayudó a bajar a francisco, mientras caminaban hacia el restaurante, la bebé comenzó a despertarse.

— seguro va a tener hambre ahorita, ya la oigo ya la oigo. — bromeó esteban, como siempre haciéndose el chistosito. —

— deja de burlarte de nuestra hija y mejor ayúdame a sacar la pañalera. — lo miro enojado francisco y esteban como el mandilón que es, le hizo caso al instante. —

ya dentro los dos del restaurante, estaban viendo que pedirían cuando annya (y como si fuera premonición de Esteban) se puso a llorar por hambre.

obvio a francisco no le quedó de otra que desabrochar su camisa y darle de comer a la bebé mientras esteban se tomaba una cerveza.

la vida era buena, después de todo.

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si a francisco le hubieran dicho hace un par de años que el sería el primer en tener bebés, seguramente se hubiera burlado y horrorizado por la idea.

no es que no hubiera querido hijos, pero siempre pensó que el primero sería juani o algo así, era el que más hablaba de tener hijos, específicamente una niña para llamarla julieta.

francisco se vio así mismo teniendo hijos cuando ya casi estuviera pegándole a los 30, casado y viviendo a las afueras de la ciudad.

por supuesto fallo en los 3 puntos, pero tal vez era eso lo que lo hacía aún más divertido, si, tal vez había fallado en los 3 puntos que para el hace un par de años le habían parecido esenciales y demasiados necesarios, pero ahora viéndolo desde otra perspectiva, ya no le molestaba en lo mínimo.

recuerda los años de preparatoria, donde hablaba con sus amigos en el pasillo sobre cómo se veían a futuro, el tema de los hijos, a excepción de juani, no estaban muy cercanos y eso era lo suficientemente gracioso tomando en cuenta cómo era la vida ahora.