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Capítulo anterior.

Cleo se acomodó en la cama de la habitación de invitados, reflexionando sobre la farsa que había tenido que montar para poder pasar un día tan especial. Sabía que eventualmente tendría que enfrentar la verdad con su padre, pero por ahora, estaba agradecida por la calidez y el amor que había encontrado en la casa de Deuce.

Con una sonrisa en los labios, Cleo se quedó dormida, soñando con el día en que podría estar con Deuce sin tener que esconderse.

Actualidad.

Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que un leve ruido la despertara. Abrió los ojos con cautela, su corazón latiendo con fuerza en su pecho. La puerta de la habitación se estaba abriendo lentamente, dejando entrar un rayo de luz desde el pasillo.

Cleo se incorporó en la cama, preparada para cualquier cosa. Pero se tranquilizó al ver que era Deuce quien se colaba en la habitación. Él cerró la puerta con cuidado y se acercó a ella con una sonrisa traviesa en los labios.

-¿Deuce? -susurró Cleo, aún un poco adormilada-. ¿Qué estás haciendo aquí?

-Debería preguntarme lo mismo -respondió él en tono de broma mientras se sentaba en el borde de la cama-. Mi mamá nos separó, pero no puedo dejar que pase la noche sin verte.

Cleo sonrió, sintiendo una mezcla de alivio y emoción. Sabía que Shade solo estaba protegiéndolos, pero también entendía el deseo de Deuce de estar juntos.

-¿No crees que tu madre se enfadará si descubre que estás aquí? -preguntó Cleo, aunque en el fondo deseaba que él se quedara.

-Deuce negó con la cabeza-. No me importa. Quiero estar contigo, Cleo. Además, no planeo quedarme mucho tiempo, solo quería asegurarme de que estabas bien.

Cleo se enterneció ante las palabras de Deuce. Lo tomó de la mano y lo invitó a sentarse junto a ella en la cama.

-Estoy bien, Deuce -respondió ella con una sonrisa-. Pero me alegra que estés aquí. Estaba empezando a sentirme un poco sola.

Deuce sonrió y se inclinó hacia ella, besándola suavemente en los labios. Cleo correspondió al beso, sintiendo una oleada de felicidad. Se besaron durante unos momentos, disfrutando de la intimidad y la cercanía. Finalmente, Deuce se recostó junto a Cleo, envolviéndola en sus brazos.

-Me alegra que estés aquí -repitió Cleo, acurrucándose contra él.

-Yo también, Cleo -respondió Deuce, acariciando su cabello-. Quiero que sepas que estaré contigo, pase lo que pase. No dejaré que nada ni nadie nos separe.

Cleo sintió una punzada de gratitud y amor hacia Deuce. Sabía que enfrentarían muchos desafíos en el futuro, pero en ese momento, todo parecía posible. Se quedó dormida de nuevo, esta vez con Deuce a su lado, sintiendo una paz y una felicidad que no había experimentado en mucho tiempo.

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La mañana siguiente llegó rápidamente, y Cleo se despertó al sentir el sol entrando por la ventana. Parpadeó, ajustándose a la luz, y se dio cuenta de que Deuce aún estaba a su lado, su brazo protegiéndola. Sonrió ante la visión, pero sabía que no podían quedarse así para siempre. Con cuidado, se deslizó fuera de la cama y se vistió silenciosamente, tratando de no despertar a Deuce.

Sin embargo, Deuce tomó sus lentes rápidamente y abrió los ojos, la miró con una sonrisa somnolienta.

-¿Ya te vas? -preguntó, estirándose perezosamente.

-Tenemos que levantarnos antes de que tu mamá venga a vernos -respondió Cleo en tono de broma-. No quiero causarle problemas.

Deuce asintió, comprendiendo la situación. Se levantó y también se vistió rápidamente. Juntos, salieron de la habitación de invitados y se dirigieron a la cocina, donde Shade ya estaba preparando el desayuno.

-¡Buenos días, mamá! -saludó Deuce con una sonrisa.

-Buenos días, chicos -respondió Shade, mirándolos con cariño-. Espero que hayan dormido bien.

Cleo y Deuce se miraron, compartiendo una sonrisa cómplice.

-Sí, dormimos muy bien -respondió Cleo, tratando de no reír.

Shade los observó con una mirada astuta, pero decidió no preguntar nada. Les sirvió el desayuno y se sentaron juntos a la mesa. La conversación fluyó fácilmente, y Cleo se sintió nuevamente agradecida por la calidez y la hospitalidad de Shade.

Después del desayuno, Cleo recibió un mensaje de Draculaura, asegurándose de que todo estaba en orden y que no había problemas con su plan. Cleo respondió rápidamente, agradecida por la ayuda de su amiga.

Lala ☆:

C: Todo está perfecto, Lala. Gracias por cubrirme. Nos vemos pronto.

D: Me alegra saberlo. Cuídate y dale saludos a Deuce de mi parte.

Fin del chat.

Cleo suspiró aliviada. Todo había salido según lo planeado, pero sabía que eventualmente tendría que enfrentarse a su padre y a sus responsabilidades. Sin embargo, por ahora, decidió disfrutar del momento y la compañía de Deuce y su madre.

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Después del desayuno, Cleo y Deuce salieron a dar un paseo por el vecindario. Caminaban de la mano, disfrutando de la tranquilidad del lugar. La momia se sentía libre y feliz, lejos de las restricciones y expectativas de su familia.

-¿Qué piensas hacer cuando regreses a casa? -preguntó Deuce, mirando a Cleo con preocupación.

Cleo suspiró, sabiendo que la realidad la esperaba.

-No lo sé, Deuce. Pero estoy decidida a luchar por nosotros. No quiero que mi padre controle mi vida ni mis decisiones. Eso debería hacerlo con Nefera, que es la mayor y no hace nada productivo.

Deuce la miró con admiración.

-Eres muy valiente, Cleo. Sé que encontrarás la manera de manejar todo esto. Y estaré contigo en cada paso del camino.

Cleo sonrió y se detuvo para besar a Deuce nuevamente.

-Gracias, Deuce. Tu apoyo significa mucho para mí.

Pasaron el resto del día juntos, disfrutando de cada momento. Finalmente, cuando el sol comenzó a ponerse, Cleo supo que era hora de regresar a casa. Se despidió de Deuce y Shade con abrazos y promesas de volver a verse pronto.

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De vuelta en el palacio De Nile, Cleo se preparó para enfrentar a su padre. Sabía que Ramses no iba a cambiar de opinión fácilmente, pero estaba decidida a hacerle entender que su relación con Deuce era importante para ella.

-Estoy lista -se dijo a sí misma mientras entraba al salón donde su padre la esperaba.

Ramses la miró con una mezcla de furia y expectación.

- ¿Como fue tu tarde? ¿Has reconsiderado tus acciones, Cleo? -preguntó con dureza.

Cleo respiró hondo y se mantuvo firme.

-Bien... Y no, padre. No voy a dejar a Deuce. Pero estoy dispuesta a demostrarte que es digno de nuestra familia. Y que no es un bueno para nada como tu y Nefera dicen.

Ramses la observó en silencio por un momento, su expresión severa. Finalmente, asintió.

-Muy bien, Cleo. Veremos si tienes razón. Pero no esperes que sea fácil.

Cleo asintió, sabiendo que el camino sería difícil, pero también sabiendo que valía la pena luchar por el amor que compartía con Deuce. Con determinación en su corazón, se preparó para el desafío que tenía por delante, lista para demostrar que el amor verdadero podía superar cualquier obstáculo.

Blood Moon -Monster High AU-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora